España debuta en la Copa del Mundo que organiza ante Irán / Los de Orenga, favoritos a medalla, aspiran a vencer a EEUU
Ocho años después de tocar el cielo en Japón, España quiere
hacerlo otra vez. Quiere reeditar la hazaña y ser campeón del mundo, además en
casa, como gusta más, ante los tuyos. La selección afronta la Copa del Mundo de
baloncesto sin menospreciar a EEUU, la gran favorita, pero sin descartar
ganarla. La preparación en los amistosos no nos sitúa muy lejos de ellos. El
juego dice que ésta es la mejor ocasión, pero los norteamericanos dirigidos
magistralmente por el inefable Mike Krzyzewsky, “coack K”, el entrenador de la
Universidad de Duke, campeón en los Juegos Olímpicos de Pekín y Londres y en el
Mundial de Turquía, en 2010. vienen a dar guerra y la darán.
España no
tiene pegas. Es un equipo portentoso. Siete campeones en Japón repiten en esta
cita. Navarro, Calderón, Sergio Rodríguez, Pau y Marc Gasol, Felipe Reyes y
Rudy Fernández ganaron el 3 de septiembre de 2006 el Oro Mundial en una final
en la que arrasaron a Grecia. En aquella cita un equipo NBA ya había cedido en
semifinales y ese equipo era mejor que el que presentan en España, pero siguen
siendo favoritos.
Los cinco
nuevos que no estuvieron allí, hace ocho años quieren ayudar a que los
compañeros repitan y ellos se estrenen. Llull, Abrines, Ibaka, Ricky Rubio y
Víctor Claver vieron por televisión aquella final y vibraron desde sus casas
con esa mañana histórica. Ahora están en la cancha.
Irán, Egipto,
Brasil, Francia y Serbia en la primera fase de Granada. Tras el segundo partido
ante los egipcios, clasificación conseguida (pasan cuatro) y a pensar en una
mejor colocación para el cruce de octavos que será, si la lógica se impone, ya
duro. Da igual qué posición ocupes, que Puerto Rico, Argentina, Croacia o
Grecia será el rival. Si queremos pasar a la final habrá que ganar a tres de
estas cuatro selecciones o a nuestras rivales en el grupo puesto que siempre
será ese el camino en los hipotéticos octavos, cuartos y semifinales. A EEUU no
nos la cruzamos hasta la teórica final, el 14 de septiembre.
Pero el equipo
NBA, a pesar de las bajas, estará casi sin despeinarse en la final, a no ser de
hecatombe. No vienen los mejores, los últimos en caerse Kevin Durant, Kevin
Love y el lesionado Paul George. Pero está Irving, está Harden, está Rose, está
Davis, Coussins, una selección muy potente. Paco Olmos, el ex técnico de
Valencia y ahora seleccionador de Puerto Rico, dijo el otro día en Tirando a
Fallar, el programa de basket de Es radio que “si quieres ganar a EEUU tienes
que evitar que corran”. Qué cierto. El otro día Eslovenia, una talentosa
selección, dejó que corrieran y cayó por 30. Esa es la diferencia. La velocidad
y el físico.
Fuera de estas
potencias, la nuestra y la yankee, teóricas medallas de oro y plata si nada
raro ocurre, otras selecciones que vienen a dar guerra. Grecia, Croacia, la
siempre temible Argentina, la correosa Serbia con el gran Sasha Djordjevic de
seleccionador, Brasil, Puerto Rico. Lituania. El bronce estará muy caro.
Grandes
ausencias, tradicionales en los campeonatos. Rusia e Italia no se clasificaron
ni tampoco obtuvieron wild card de la FIBA, China fue apartada por Filipinas en
una histórica final de la fase asiática, que desató la locura en este último
país sin tradición en el baloncesto. Tampoco estará Canadá que fracasó
estrepitosamente en la clasificación como hizo Brasil, pero los de Magnano sí
que consiguieron invitación a pesar de perder todos los partidos de los
preliminares.
La Copa del
Mundo (ya no más Mundobasket) es una oportunidad para que España triunfe,
deportivamente y en cuestión de organización. La pasión del basket arranca en
Granada para los nuestros. Luego Madrid. La final del 14 de septiembre puede
llenar con orgullo la historia del basket español.