España fracasa en su Mundial, víctima de un partido lamentable y de la falta de reacción del banquillo / EEUU - Lituania y Serbia - Francia, semifinales
Y de repente, de un plumazo, todo el
sueño se vino abajo. Tras el peor partido que se le recuerda a esta generación
de jugadores, España se apea del vagón del Mundial en marcha, tirándose al vacío
sin saber por qué, sin saber cómo. Como no queriendo la gloria, como no
queriendo llegar a donde todos deseábamos. Como no queriendo casarse con la
guapa, en el final feliz, prefiriendo entrar en el barro de un partido áspero,
inesperado, y que ha cazado a nuestra selección en el día menos deseable. Despachando
un partido insólito, impropio de estos jugadores. Con 2/20 en triples, con
veinte rebotes menos que el rival y con 52 puntos anotados. O sea, una
barbaridad de tal calibre que será recordada siempre en nuestro baloncesto y
los protagonistas quedarán marcados para siempre.
Porque es muy
complicado entender lo que ha pasado en el Palacio de los Deportes en la ya
funesta noche del 10 de septiembre de 2014. A cuatro días de ganarle a EEUU,
España se queda con las migajas del campeonato, ni optando a medalla, con el
sabor amargo de un fracaso de dimensiones extraordinarias. Un volumen de
derrota que alguien tendrá que explicar y me imagino que no serán los que deberían
ser, empezando por el presidente de la Federación Española de Baloncesto, José Luis
Saez.
Porque, claro,
los jugadores juegan, sí. Impropio de estos chavales el partido infame que nos
ofrecieron, sin sentido en casi ningún momento del mismo, sólo algo salvado en
los primeros minutos de la segunda parte, con siete puntos seguidos de los nuestros
para empatar un partido que se nos empezaba a marchar. Impropio de los
jugadores los porcentajes, los tiros, los bloqueos, las pérdidas, la
incapacidad.
El entrenador
entrena, pero debe ser en los días de preparación de encuentros porque en los
mismos, no se le ve. Y eso que tiene a dos pedazos de entrenadores al lado.
Algo se le ha tenido que pegar a Juan Antonio Orenga de Sito Alonso y de Jenaro
Diaz. Pero no lo hemos visto. O yo, que me he puesto hoy, quizá, las gafas con
las que veo peor, con las que veo todo del revés, no detecto algo que se me
escapa. Habrá quien vea entrenador en Orenga. Yo veo a un ex jugador al que le
ha tocado la lotería. Nunca alguien con menos, llegó a más.
Pero el
presidente dirige los destinos de nuestro baloncesto. Impoluto en la mayoría de
su gestión, pero sin capacidad de reacción a la hora de encontrar un digno
sucesor a Sergio Scariolo (dos oros europeos, una plata olímpica). Cada vez
menos capaz de organizar algo con sentido en nuestro país. En 2007 fracasamos
en casa; en 2014, lo volvemos a hacer. Déjame decirte una cosa José Luis, si me
permites. El ambiente del Palacio no era el ideal, lo de regalar entradas a mansalva,
ha salido mal. Otra vez.
Ya sé que los jugadores tienen la culpa. La
autogestión que se empezaba a atisbar en el comienzo de la segunda parte y que,
si hubiera tenido continuidad, nos hubiera asegurado buenas opciones de ganar,
se vio truncada porque el entrenador decide en esta selección más de lo que
pensamos. Desgraciadamente. Es decisión del entrenador los sistemas de juego y
casi ningún jugador se los puede saltar. No hubo ninguna jugada en este partido
en la que contara más de cuatro pases. No ha habido nada distinto a lo del
Europeo del año pasado. Casi todo pick and roll central, casi todo morir en la
línea de tres, casi todo ahogarse en la defensa francesa, sin apenas meter
balones en la pintura. Un desastre.
Y otro
campeonato más nos preguntamos varias cosas. Qué hace Víctor Claver en esta
selección. Es un jugador que tiene defectos y virtudes. Es un tres alto. Eso es
un hecho objetivo y tiene buen tiro. Cero minutos en este partido.
Otra, Felipe Reyes volvía a la
selección tras el parón después de los Juegos. Iba a ayudar, es un bregador
nato, especialista en coger rebotes. Hemos cogido veinte menos que Francia. Felipe,
cero minutos en cancha. Y Abrines, y Calderón ayer casi desaparecido, Ibaka que
desaparece en ataque porque no hay sistemas para él. ¿A qué estamos jugando?.
Esto era serio, un Mundial en tu casa, no podemos poner a gente de juguete.
Insisto que
los jugadores no han estado, pero se trata en una derrota de poner los puntos
sobre las ies. Y es evidente que los errores de banquillo son más groseros que
los de cancha. Se necesitan buenos jugadores, buenísimos, para ser campeón del
Mundo, pero también se necesita un entrenador.
Queremos a España y queremos que
gane. Pero hay que decir las cosas. Hoy Vincent Collet le ha dado una lección
tremebunda a Orenga. Francia a España. Los jugadores galos se sabían el
partido. Habían estudiado y los nuestros no. Así nos ha ido. Ahora a ver como
EEUU cumple con su pronóstico el día más feliz de Coach K, Mike Krzyzewski, el
técnico norteamericano, que en su hotel, se habrá frotado las manos con la
victoria gala. NO es para menos.