sábado, 16 de septiembre de 2017

Una noche para olvidar



         Cuando una derrota es inapelable, cuando no quedan fuerzas para contestar. Todo ha ido mal y ha sido, en parte por culpa tuya, por demérito, por escasez de ideas. Pero en parte, también, por una arrolladora apisonadora que has tenido enfrente. La Eslovenia de Doncic fue lo más parecido a una máquina trituradora en el partido del otro día. Es así.

         Hay quien dice que es mejor una derrota así, sin paliativos, que una por un punto o por un fallo mínimo al final. Puede tener razón. Esto es incontestable, no hay opción a poner un pero. Es cierto que también es humillante en cierto modo, despedirte así del campeonato soñado. Del torneo en el que te presentabas como la máxima favorita. Tiene algo de decepción, casi fracaso, perder de la manera que lo hicimos en este ya jueves aciago del baloncesto español. Pero es mejor afrontarlo.

         Es mejor aceptar que Eslovenia viene fuerte y que la dimensión de Luka Doncic es, cada día, más inesperada. El base-escolta-alero y casi ala-pivot es lo más descarado que se ha visto en Europa desde Drazen Petrovic. Es un tipo que, con 18 años, desafía todas las leyes de la lógica. Es lo mejor que uno ha visto en 25 años. Y el otro día se nos comió enteritos. Un jugador capaz de dominar el partido más que de jugarlo. Y eso es oro puro en estos tiempos.

         Y por nuestra parte nada. Nada que objetar y, a la vez bastante que decir. En el primer partido serio de verdad, fuera. No dio, en esas circunstancias, la selección la talla. Porque se sufrió ante Turquía y Alemania pero se solventó todo en un gran último cuarto. Pero esta Eslovenia dominó todo el encuentro a la selección. Hay que aceptar la derrota, pero buscar también explicaciones.

         Acierto a atisbar que en el tiro exterior había bajas, que Llull, Rudy, Pau Ribas, Abrines, Mirotic es mucha tralla fuera. También es verdad que algo injusto acordarse de ellos sólo en la derrota. Acierto a decir que los Gasol han asumido el rol de dominadores siempre, demasiado para ellos. Se observa una evolución muy buena en los Hernangómez, pero ¿suficiente?. Esperemos que sí, pero el último partido ha creado dudas.

         El bronce será el mal menor. Pero será, también, un gran resultado. No nos olvidemos que esta selección no se baja del podio desde 2005 y desde 1999 siempre ha habido medalla menos ese año, en Serbia, sin Pau Gasol. Rusia será el contrincante el domingo a las 16.00 h en un buen partido de baloncesto. Como en Río, hace un año, acabar con metal será un buen sabor de boca, pero Scariolo verá este partido de semifinales ante la explosiva Eslovenia una y mil veces. Hasta que encuentre la razón, hasta que se canse.

martes, 12 de septiembre de 2017

Marc Gasol sepulta a Alemania

El pivot de los Grizllies, con 28 puntos, lleva a España a la semifinal, décima consecutiva en un Eurobasket / Eslovenia, que ganó a Letonia, rival del jueves

ALEMANIA 72 - 84 ESPAÑA

El marcador del Sinan Erdem de Estambul señalaba un empate a 50 que auguraba sufrimiento, malos ratos, sofocos buscando las semifinales del campeonato, las décimas consecutivas de la selección española, inabordable hasta ahora en el torneo. Pero Alemania le había cogido el truco, estaba defendiendo muy bien, impedía tiros cómodos de los nuestros, incapaces, metidos en un agujero sin aparente salida. Hasta que apareció él, el hombre, el menor de una saga metida ya en la historia del baloncesto español. Marc Gasol cogió su fusil, anotó cuatro triples consecutivos y decidió el partido. 

La ventaja de España se fue a los doce puntos con un parcial de 0-12 asombroso, de los que quitan el hipo y, de paso, el miedo a cualquier tropiezo. España condujo en el último cuarto sin sufrimiento, con la pausa que no había tenido en el encuentro y acabó ganando fácil un partido que había supuesto un laberinto. El combinado de Scariolo se encomendó a Marc, a Chacho, a Sastre, imperial en la defensa de Schroeder, que había campado a sus anchas durante 25 minutos de partido. El jueves ante Eslovenia se encomendará a su rutina habitual, la de disputar una semifinal, territorio ya cómodo para España, desde 1999 en esta fase. 

 Todo lo que había pasado antes había sido un dolor de cabeza. Un primer cuarto con un 7-0 de salida para los germanos. España no se encontraba, no era nada la selección, sin poder tirar, sin recursos. Tuvo que salir Chacho, tuvo que pedir tiempo Scariolo. Tuvo que cargar la selección en demasía el juego hacia Pau. Era eso o marcharse antes de tiempo de este torneo. Todo se empieza a normalizar. Empate a 27, 33-34, 33-37. pero a mediados del tercer cuarto el partido estaba empatado. Se tuvo que recurrir a Marc, con Pau agotado en el banquillo y sin poder ejercer su teórico poder dentro. Tuvo que encomendar Scariolo a un pupilo una tarea fastidiosa, ardua labor la de defender a la estrella rival. Se encargó de eso un soldado universal, Joan sastre, para hacer desaparecer casi por completo a Schroeder, el base de los Hawks, limitado en el final del tercer parcial. Ahí fue cuando el fusil de Marc acabó de matar al rival.

 Se planta España en su lugar, ese del que no se baja desde que un tiro de Mike Smith (Eurobasket 1997) ante Rusia hiciera agua y con él, las ilusiones de una selección que, en Barcelona, pintaba para medalla. Desde esa lejana fecha, 20 años después, la selección no se ha bajado del cuarto puesto. De nueve semifinales, ganó seis y de esas, tres torneos fueron nuestros (2009, 2011 y 2015). 

 Eslovenia será el rival el jueves y, me temo, que Sastre o quien sea al que se le encargue la defensa de la estrella rival, tendrá trabajo extra con Doncic y con Dragic. Queda un día menos para el oro que debe llegar, ojalá el domingo. Nunca nos bajaremos de este barco. Nunca dejaremos de creer.

domingo, 10 de septiembre de 2017

España sale ilesa de un día difícil



La selección solventa en un gran último cuarto un partido muy complejo ante la anfitriona / Ricky, Chacho y Juancho Hernangómez, vitales al final

ESPAÑA 73 - 56 TURQUIA
Tocó ponerse manos a la obra cuando el ambiente engullía a la selección. Cuando un contragolpe furibundo local, con canasta de Guler, ponía a Turquía a tres puntos. Restaban 9 segundos para el final del tercer cuarto y España dudaba de su superioridad. Dudaba de todo en el terrible Sinan Erdem. Pero Sergio Rodríguez nos devolvió a la vida con un triple descomunal. 43-49 antes de la batalla final.

Fue en ese cuarto final cuando España empezó a hacer, de golpe, todo mejor. Empezó a solventar un encuentro que se le había atascado. Ricky y Juancho encontraron aro con facilidad y a la selección se le quitó el miedo. La ventaja fue creciendo. 8 puntos, once, catorce, dieciséis. El susto había pasado y el combinado de Scariolo se mete en cuartos de final para jugar el martes ante una Alemania menor que no debería poner en ninguna dificultad a España.

Antes de eso, de ese cuarto plácido, el partido tuvo de todo. Una gran superioridad de España en el primero, una lucha sin cuartel de Turquía en los dos siguientes, que convirtió el choque en un dolor de muelas para los nuestros. España olvidó tras el descanso todo lo que había hecho bien y el tercer periodo hizo peligrar la victoria. En ese parcial hasta un pase simple se convertía en un drama. Hasta el rebote se le negaba a una selección que había campado a sus anchas por este Europeo pero a la que se le atragantaba el partido ante los anfitriones. 13.000 personas bramaban con un simple fallo de los nuestros. Ya, ni contamos cuando a los otomanos les daba por anotar una canasta.

Con la obsesión de buscar la superioridad de los hermanos Gasol dentro y en la terquedad de no buscar tiros librados por fuera, se le fue a España cierta tranquilidad. Las cosas se empezaron a complicar cuando Juancho Hernangómez cometió la segunda falta, muy pronto. Estaba secando a Korkmaz y el turco aprovechó la ausencia del menor de la saga. Eso y malos minutos de San Emeterio, espeso en decisiones puntuales.

Tuvo España una máxima de 12 en dos ocasiones tras triple de Pau y canasta de Marc (12-24, 14-26) pero se acercó Turquía a cinco. Estiró luego la selección pero en el tercer cuarto volvió a estar presente todo en Turquía. Quien dice todo, incluye el factor ambiental y el factor arbitral. La selección tiembla por momentos (33-37, 36-40) pero atisba el peligro real con el 43-46. Menos mal que estaba el Chacho, exceso en la dirección esta tarde.

Y menos mal que un último cuarto imperial deja a España, de nuevo (y van 20 Eurobasket seguidos) entre los ocho mejores. Si gana a Alemania el martes serán diez seguidos en el grupo de elegidos, entre los que optan a medalla. Será la opción, si todo va normal, de enfrentarnos a Eslovenia en una semifinal que pude ser apoteósica. Los de Doncic jugarán ante Letonia en cuartos y ese partido es una trampa, pero deben sacarlo. Los otros dos partidos serán una apasionante Italia – Serbia y un muy interesante Rusia – Grecia. Ya se han ido a casa los últimos acompañantes de España en el podio, Lituania y Francia. Ya ha hecho las maletas Croacia, con muy buena pinta en la fase de grupos pero apalizada ayer por los rusos. Es lo que tiene esta fase. Un error es la muerte, significa irte a casa antes de tiempo.

martes, 5 de septiembre de 2017

Caminando en la superioridad




España arrasa a sus rivales en los tres primeros días de torneo / Croacia, primera prueba seria para los nuestros / Scariolo reservó ayer a Pau Gasol y a Abrines todo el partido


En algunas circunstancias sería mejor ser cauto, estar a la expectativa de cualquier cosa que pueda suceder. En definitiva, no creerse demasiado la multitud de cosas que estás haciendo bien y relativizar el asunto. Pero es que esta España que se ha presentado los tres primeros días del Eurobasket es una apisonadora. Ha ganado los tres partidos de 39, 37 y 41 puntos ante Montenegro, Chequia y Rumania (sí, es verdad que no son potencias) y demuestra una superioridad pocas veces vistas y que recuerda a las mejores selecciones soviéticas y yugoslavas de las décadas de los setenta y ochenta.

Una selección que se permite el lujo de dar decanso a Pau Gasol y a Abrines todo el partido ante Rumania (victoria 91 – 50). Sin más, en medio del campeonato, como si el mensaje a mandar fuera de control. Ganamos sin el mejor, sin utilizar a un pívot dominante. Ese es el lujo que se puede permitir España, que ya tenía bajas importantes. Así está el nivel de los nuestros.

Seguro que lo hizo Scariolo para evitar sustos porque hoy (este martes, 16.45 h) llega la primera prueba seria de la selección en el torneo. La Croacia de Aleksandr Petrovic (también invicta) es la prueba que delimitará qué camino utiliza España para llegar al título. Si, posiblemente, Letonia o Bélgica o la vía algo más compleja y que Serbia o Turquía puedan ser rivales ya demasiado pronto.

Estos partidos han sido cruciales para ver cosas que con rivales más complicados hubiera sido imposible. Por ejemplo, ya hemos visto, y bastante, a toda la selección. Han jugado, y a un nivel esplendoroso los dos Hernangómez, futuro incontestable de nuestro baloncesto. Han aprovechado bien los minutos que les ha dado Scariolo para hacernos ver que tienen un rol importante en el combinado.

Hemos visto a Oriola, a Vives, a Sastre, todos a un nivelazo inesperado, con menos minutos pero siguiendo a la perfección el plan que ha diseñado para ellos el técnico. Hemos visto a Navarro aceptando sin rechistar su papel y, además, haciendo cosas interesantes para el grupo. Todo son buenas noticias.

El jueves Hungría deberá ser otra víctima propiciatoria para el cuadro español. Sin embargo, lo de hoy… es otra historia. En Río, hace apenas un año, los croatas nos ganaron en el partido inicial. Nunca fueron buen enemigo y estos días se han deshecho bien de sus rivales. Ayer ante Montenegro, sufriendo demasiado al final pero fueron superiores. Está la vieja guardia, los Ukic, Simon. Está Saric, el pívot de los Sixers, uno de los diamantes europeos.

La selección sigue caminando en la euforia en este europeo, sigue soñando con un camino inmaculado, a 12 días de conquistar el oro en Estambul. Hoy la despiertan un poquito para hacerla ver que no todo será un camino de rosas. Croacia pondrá problemas. Sólo hay que saber resolverlos y este grupo está preparado.

viernes, 1 de septiembre de 2017

España asusta en su debut

La selección aplasta a Montenegro con unos grandes Willy y Juancho Hernangómez / República Checa y Rumania, siguientes escollos

ESPAÑA 99 - 60 MONTENEGRO

Esta vez llegó a tiempo, sin dudas. Dejó atrás las distracciones que eran habituales estos últimos años. En el Europeo 2015, dos derrotas en los tres primeros partidos. En Rio, el verano pasado, dos errores los dos primeros choques. No quiso bromear esta vez España y empezó el campeonato a lo grande. Abusando de una Montenegro, que es mejor de lo que pareció en este partido, pero que fue desbordada por el trolebús hispano. 

 La primera victoria ya está en el zurrón y no hay que ir muy lejos para avanzar que los dos próximos partidos serán nuestros también. República Checa (sábado, 16.45 h) y Rumania no deben ser rivales y la selección de Scariolo se debe apuntar dos triunfos cómodos. En el día inicial las buenas noticias siempre predominaron. 29 puntos de los Hernangómez (16 Willy, 13 Juancho), 19 de los Gasol (19 Pau, 9 Marc). También llegó a la decena San Emeterio y casi (se quedó en 9) Juan Carlos Navarro en un buen partido del veterano. 

 Un partido en el que todos jugaron, todos aportaron. Nadie se quedó sin anotar, algo que es muy complicado. Incluso Sastre y Vives (4 y 3 puntos) participaron de la fiesta. El día en que se plasmó el verdadero nivel del equipo español. El día en que se vio que las bajas no van a importar y eso que son casi cruciales. 

 Fue un cúmulo de circunstancias favorables para los nuestros. Los bases excelentes, a cual mejor. Aportación excelsa de los que serán menos habituales. España se apoderó del partido desde el inicio (26-14 el primer parcial, 51-29 al descanso, un humillante 71 – 43 al final del tercer cuarto). Nadie paraba al combinado nacional, con sensación de favoritismo claro, de no bajarse del buen nivel en todo el torneo. 

 Enfrente Montenegro en el que sólo se salvó el NBA Vucevic (16 puntos) y el base Pavlicevic, un jugador muy incómodo de defender. Un combinado en el que naufragaron ayer Rice (7), Dubljevic (4) y Todorovic (4). Se salvó muy poca gente del barco liderado por el histórico Bogdan Tamjevic (sí, aquel que guió al Bosna Sarajevo ya desde el banquillo, en 1979, a la primera Copa de Europa de un equipo yugoslavo). Es verdad que éste no era el partido, que se clasificará seguro porque tan sólo ha de ganar a Hungría y Rumania, pero que ayer no dio el nivel. 

 Mañana sábado ante Chequia el siguiente partido. Quizá Scariolo opte por muchos minutos para los menos habituales. Aunque ya no sabemos qué significa ser no habitual en esta selección. Hoy han hecho unos minutos parejos la mitad de la selección, señal inequívoca que este grupo va a por todas, se divierte en cancha y quiere el oro. Queda un día menos para tocarlo el 17 de septiembre en Estambul. Que no se tuerza nada.