martes, 30 de agosto de 2011

El oro como única meta

Arranca el Eurobasket de Lituania, con España como máxima favorita / Por primera vez, 24 selecciones y 18 días de competición / Sólo las finalistas tendrán billete olímpico

Hubo un tiempo en el que todo era sufrimiento, decepción, en el que hubo cuartos puestos, quintos, sextos, séptimos, incluso duodécimos o decimocuartos. Hubo un tiempo en el que el partido de cuartos de final era una trampa, en el que te despedías sin hacer ruido cuando las expectativas eran máximas. Hubo un tiempo en el que anhelábamos ser la Yugoslavia de finales de los ochenta y principios de los noventa, la URSS de Sabonis y de Gomelski. Afortunadamente hay que pellizcarse y disfrutarlo porque ese tiempo ha llegado y estamos ante una España que es favorita indiscutible para ganar el oro el próximo 18 de septiembre, en el Eurobasket que arranca en Lituania.
Este favoritismo con el que el grupo de Scariolo se encuentra ahora lleva gestándose algún tiempo. Tras la plata en París en 1999 y de Suecia en 2003, y el bronce de Turquía'2001, llegó un campeonato del Mundo en Japón 2006 y uno de Europa en 2009. Llegó otra plata en 2007 y un subcampeonato olímpico mítico en 2008, en Pekín. Los tiempos han cambiado y esta generación que aún perdura se plantea conseguir una única meta. El máximo metal europeo por segundo campeonato consecutivo algo que, recientemente, sólo tiene un precedente, la Yugoslava de 1995 y 1997.
Pero como en todo campeonato largo (24 selecciones por primera vez en la historia y 18 días de competición), hay cierta precaución en la expedición española. Scariolo dijo ayer que "este es un torneo con 11 partidos si juegas hasta el final y eso son muchos partidos. Hay que estar al máximo desde el primer día". Son miedos, lógicos, que se extienden a todo el plantel y que se centran en la certeza de que si tienes un mal día puedes irte a casa, más si ese día llega en una eliminatoria directa. Ahí es cuando se juega todo el prestigio un equipo y España tiene licencia para soñar. Por supuesto.
Ya tuvo que hacer el técnico italiano el último descarte y este recayó en Carlos Suárez por tercera vez consecutiva desde que Scariolo es seleccionador. Han saltado las alarmas en algunos foros de discusión. Sólo hay un tres que pueda jugar de cuatro, Claver, que ha entrenado todo el tiempo para jugar dentro de la pintura o sea que el seleccionador no le utilizará nunca o casi nunca de alero. Y tampoco de cuatro porque en esa posición España está servida. A no ser de lesión da la sensación de que la participación de Claver en el Eurobasket será testimonial.
Por lo demás, por qué dudar de este equipo. Un quinteto inicial de jugadores NBA, actuales (Calderón, Rudy, Pau y Marc) o pasados (Navarro). Un lujo de suplentes con dos NBA más (Ricky e Ibaka) y cuatro nacionales portentosos (Sada, Llull, San Emeterio, Felipe). Una selección de escándalo que hace recordar en un Eurobasket a la Yugoslavia de Petrovic, Kukoc, Paspalj, Radja y Divac, el último quinteto esplendoroso que vio esta competición.
La selección de Polonia (mañana, 14.15 h, La Sexta) marca el ritmo que debe tomar España. Es el primer partido de un torneo, pero no debe ser rival, aún cuando siempre temes este primer partido. Scariolo perdió en sus debuts de 2009, ante Serbia y 2010 ante Francia, pero nada debe hacer temer por la victoria ante este buen bloque polaco, pero falto de individualidades. Luego seguirán Portugal el jueves, Gran Bretaña, el viernes, los anfitriones lituanos (sin Lavrinovic, el del Siena) el domingo y Turquía (sin Eden) el lunes, en un grupo no tan sencillo como requería una primera fase.
A esas bajas en lituanos y turcos se suman en el resto de selecciones del Eurobasket las de Roko Ukic en Croacia, Spanoulis, Fotsis y Shortsanitis en Grecia y la de Sasha Kaun en Rusia, como más destacadas. En contraposición 40 jugadores NBA en las 24 selecciones. Un Eurobasket de garantías con un favorito claro, España, pero con una larga baraja de selecciones optando a las medallas y, sobre todo, a la final. Sólo las dos selecciones que jueguen el último partido tendrán billete directo a los Juegos Olímpicos. Las otras tres plazas europeas tendrán que decidirse en un incómodo Preolímpico el próximo mes de junio.
Quedan 18 días de competición para que pase lo que estamos deseando. Que España gane el oro. Siempre con el máximo respeto al rival pero llegó la hora de que los respetados seamos nosotros. Llegó la hora de que España domine como lo hicieron grandes selecciones antes. Llegó la hora de que el 18 de septiembre seamos por segunda vez consecutiva campeones de Europa. Así seremos todos felices, y más que ninguno Felipe Reyes, que le podrá dedicar la victoria a su padre, fallecido repentinamente el pasado miércoles. Nunca un jugador estuvo anímicamente tan destrozado, pero tiene que jugar. Por él, por su padre, por España.

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