viernes, 19 de mayo de 2017

El Madrid se hace pequeño en la cita del año



FENERBAHCE 84 - 75 REAL MADRID

Los de Laso realizan un mal partido y pierden claramente ante un mejor Fenerbahce / Olympiakos da la gran sorpresa y se impone al CSKA


Llegó tarde al partido, como si de un error de cálculo se tratara. Llegó a la cita impuntual, nunca lo había hecho en esta Euroliga, fiable siempre el Real Madrid. Y lo pagó caro. Sin competir ante este portento de rival nunca hubo vida, nunca pareció que el equipo de Laso, desdibujado en el Sinan Erdem Dome, pudiera hacer algo en el choque. El Madrid se baja en marcha de esta cita europea mostrando la peor imagen de este año y realizando uno de los más flojos partidos de la era Laso.

Fue un comienzo calamitoso del Madrid, sin ideas, sin claridad en ataque, sin continuación en ningún bloqueo, dejando tiros claros al conjunto turco. De ahí llegaron las máximas del partido (17-7, 23-13, 26-13). El Madrid sobrevivía en el primer tiempo gracias a Llull (19 puntos de los 34 madridistas en el primer envite) y a que volvió por unos instantes la intensidad defensiva (26-24, tras triple de Thompkins)

Pero todo se torció de nuevo con decisiones arbitrales algo dudosas. Una antideportiva doble que sólo lo era de Datome, pero que a los colegiados les pareció bien repartir. También un codazo de Vesely a Randolph que dio con el madridista en la camilla por un golpe fortísimo en las costillas. Salió, de milagro, en la segunda parte, pero al Madrid se le notaba resquebrajado. 44-34 al descanso.

A pesar de eso salió bien el pivot con dos manos en defensa sublimes y con un triple que dio vida de nuevo al conjunto de Laso. manteniéndose en el partido, a pesar de los datos terribles que arrastraba. 8 rebotes ofensivos permitidos, 11 pérdidas de balón. Eso era demasiado lastre y, aunque todos los intentos fueron para mejorar, el equipo local se hacía fuerte y mataba al Madrid con defensa y buenos tiros. Y anulando a Ayón, desaparecido toda la noche. Llegó de nuevo una máxima (50-37) y sólo faltaban 15 minutos de partido. 

De ahí al final del tercer cuarto, un amago de remontada blanca con dos triples de Carroll que les pusieron a nueve, pero fue un espejismo. 63 - 50 antes del último capítulo. Ahí llegó la sentencia final con el equipo local masacrando el aro rival y disponiendo de dieciseis de ventaja (68 - 52). Justo ese fue el momento en el que apareció la enésima reacción, esta vez más poderosa llegando a estar a ocho puntos, llegando a creer en el milagro. Pero fallaron cuando todo parecía volver a tener sentido. Primero Thompkins y después Carroll. Ya no hubo partido.

El Fenerbahce buscará el domingo su primer título europeo, el noveno de su entrenador, de su guía, Zeljko Obradovic. Lo hará ante el Olympiakos que volvió a liársela al CSKA de Moscu en una semifinal sublime, para el recuerdo (78 - 82) en la que el equipo ruso llegó a manejar catorce puntos de renta. Pero este deporte, que está hecho para los grandes jugadores, también está diseñado para los fuertes mentalmente y los griegos, en ese terreno, son mejores.

El Madrid se baja del tren de la Final Four en la primera estación como en 2011, última vez que cayó en la semifinal. Luego llegaron tres competiciones seguidas con el último partido como premio (dos perdidas, una ganada) pero esta vez quizá era demasiado. Quizá era mucha presión, mucho rival, mucho partido. Quizá Obradovic borró del partido a Ayón e impidió el juego fluido habitual del equipo blanco. O a lo mejor sucedió que el físico no le dio al Madrid que buscará en el play off de la Liga Endesa la redención. Quizá Laso se acuerde de Nocioni, o no, quién sabe. El ventajismo tampoco es bueno en el deporte.












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