Me voy a enganchar de nuevo a Gran Hermano el próximo domingo. Lo sé pero no me da miedo. No, porque es un programa que me ha gustado desde los inicios y sé que me voy a llevar un abucheo por esto, pero qué se le va a hacer.
Es cierto que últimamente del ganador casi no se habla. Así, ya hemos perdido de vista a Judith, brillante ganadora del año pasado, o a Naiala aquella brasileña afincada en España que ganó en 2006. Pepe sigue haciendo aparición de vez en cuando. No hablemos ya de las ediciones de tres años para atrás. Todos han muerto televisivamente. Fresita desapareció, el desequilibrado de Juanjo también, de Javito ni hablemos, de Pedro el paleto otro tanto. Y ya no me hablen de Sabrina y de Ismael, que hicieron que nos engancháramos a las dos primeras ediciones. Todos fuera de onda. No me extraña. La televisión te alza cuando quieres pero sin quererlo te devora.
Y otra vez Mercedes Milá contándonos milongas de sus amigas y de sus vecinas y del gran foro del gato encerrado, el cual recomiendo, por cierto. Todo para que el comienzo de año se haga más ameno. Eso al menos es lo que piensan demasiadas personas, entre las que me encuentro.
Y vuelve el debate de los domingos con Jordi González, y vuelven las chonis y vuelve el grupo musical que durante tres meses se hace famosito (lease Iguana Tango, Indras), pero que luego desaparecen del mapa.
Vuelve Gran Hermano. No me quiero enterar de nada antes del domingo, aunque uno va leyendo cosas. Que si se busca a otro Amor, que si un padre y un hijo concursando juntos, que si una pareja lesbiana… Rumores. El domingo, todo vuelve a empezar.
Es cierto que últimamente del ganador casi no se habla. Así, ya hemos perdido de vista a Judith, brillante ganadora del año pasado, o a Naiala aquella brasileña afincada en España que ganó en 2006. Pepe sigue haciendo aparición de vez en cuando. No hablemos ya de las ediciones de tres años para atrás. Todos han muerto televisivamente. Fresita desapareció, el desequilibrado de Juanjo también, de Javito ni hablemos, de Pedro el paleto otro tanto. Y ya no me hablen de Sabrina y de Ismael, que hicieron que nos engancháramos a las dos primeras ediciones. Todos fuera de onda. No me extraña. La televisión te alza cuando quieres pero sin quererlo te devora.
Y otra vez Mercedes Milá contándonos milongas de sus amigas y de sus vecinas y del gran foro del gato encerrado, el cual recomiendo, por cierto. Todo para que el comienzo de año se haga más ameno. Eso al menos es lo que piensan demasiadas personas, entre las que me encuentro.
Y vuelve el debate de los domingos con Jordi González, y vuelven las chonis y vuelve el grupo musical que durante tres meses se hace famosito (lease Iguana Tango, Indras), pero que luego desaparecen del mapa.
Vuelve Gran Hermano. No me quiero enterar de nada antes del domingo, aunque uno va leyendo cosas. Que si se busca a otro Amor, que si un padre y un hijo concursando juntos, que si una pareja lesbiana… Rumores. El domingo, todo vuelve a empezar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario