martes, 25 de diciembre de 2012

Por ABC Punto Radio y Onda Madrid



El mundo de la canasta suele ser el protagonista por estas líneas pero hoy me gustaría evadirme un poco. Ha rondado por mi cabeza durante mucho tiempo este artículo que hoy, al fin, ve la luz, y es por puro sentido común. Es como la sensación de que una idea la tuvieras retenida en la cabeza pero ella sóla tiene que salir y cuando las ideas tiene que salir porque se sienten presas en tu cerebro, salen con vida propia como si nada las pudiera retener más.
            Esto es un blog de basket porque a mí me apeteció hablar de basket en un rincón de la red. Como hobby puro, como hago todo lo que se refiera a escribir. Es una pasión que llevo y que tengo que utilizar. A veces más de lo que lo hago. Pero esto es un blog en el que tiene cabida alguna idea que no es referente al mundo baloncestístico, ni siquiera del mundo deportivo. También es un blog para hablar de otras cosas y hoy me apetece hacerlo de la cantidad de compañeros y amigos que tengo en dos medios de comunicación que se van muriendo poco a poco.
            Uno ya lo ha hecho y el entierro definitivo es el 15 de enero. ABC Punto Radio dio carpetazo a siete años de historia la semana pasada con un comunicado que le unía oficialmente a la Cadena COPE. Más bien, y para que nada se quede en el tintero, la cadena grande se comía a la pequeña. La COPE coge los postes de ABC Punto Radio y firman una fusión que hace desaparecer a la hermanita pequeña y que manda a los trabajadores al paro. Algunos, los menos, pero cuando digo los menos es la milésima parte de todos los empleados si llega, encontrarán cobijo en la Cadena de los Obispos. Pero un 99% de gente se quedará sin nada.
            Allí conozco a puros periodistas. Unos son compañeros muy allegados (David Guerra, Fran Paz, Javi Pérez Sala, Miguel Ángel Guijarro) y los hay que son amigos. Los llevo en el alma. Por eso sólo me queda decirle a Fran, a Arancha, a Marina a Pedro, que ánimo porque esto es ley de vida. Una vida muy puta la del periodista pero real como la vida misma. Una realidad que a veces no nos consuela que sea así de perra. A nadie le consuela que le claven un puñal. A nadie. Me consuela a mí, sin embargo, verles tranquilos, porque no están bien, pero al menos están tranquilos, reflexivos. Hablas con los cuatro y todos encuentran una realidad al margen. Llevan dentro la tristeza pero salen al exterior reforzados. Son fuertes y eso me anima. Estarán, por dentro, muy mal, pero para que no sufras, hacen ver que están bien. Una sensación rara. Tú les animas con todas las fuerzas del mundo y te acaban animando ellos a tí. Es tremendo. Es el habitat habitual de un periodista, más en estos tiempos. Es su terreno
            Estoy seguro que tendrán algo por muy complicado que parezca ahora. Estoy, incluso seguro, de que volveremos a coincidir en otro medio. Con los cuatro he compartido experiencias sobrecogedoras con cada uno de ellos. En un sitio y en otro, en lugares que nunca pudimos sospechar. Haciendo cosas inenarrables. Desde partidos en los sitios más rocambolescos hasta programas delirantes, ¿verdad Pedro?. Desde una entrevista a Fernando Torres en un Hotel a las afueras de Madrid hasta un partido de basket con un micrófono de juguete, pasando por cientos de programas con grandes protagonistas, ¿verdad Arancha?. Desde una Copa del Rey increíble en Bilbao hasta el Mundial que ganó España, ¿verdad Fran? Desde conocer a una periodista con un futuro inmenso en una charla que dí en un curso de narración, ¿verdad querida Marina?
Son parte de mi vida. Nunca les olvidaré.
     
       El otro medio que se va al garete poco a poco es la radio pública de todos los madrileños. Onda Madrid se muere poco a poco aunque aguanta más mal que bien. Cuando escribo esto llevan 140 horas seguidas en vacío sin que nadie dé una explicación. Dentro de nada 925 personas de todo el ente Radio Televisión de Madrid se irán a la calle en uno de los ERES más tremendos que se recuerdan. Y nadie hace nada.
             Me parece de elogiar la valentía de algunos de los currantes natos de esta emisora. Individualizo en Carlos Sánchez Blas porque es al que más conozco, un crack de esto del periodismo, un narrador como pocos. Un tipo que cobarde no es precisamente al denunciar en Facebook y twitter, trabajando todavía allí, que es una vergüenza lo que está sucediendo. Y lo hace porque, uno, es verdad y dos, tiene que decirlo ahora, en este momento, trabajando todavía en el Ente.
            Me acuerdo en Onda Madrid de gente enorme que me ayudaron mucho en mis comienzos. José Luis Poblador, Laura Cabrera, Alfonso Bernardo, el propio Carlos. Me acuerdo ahora de Rosa Vara de Rey, a la que he conocido por las canchas de basket y doy fe de la profesionalidad por bandera de la que hace gala siempre. Me acuerdo de Raquel Cordonié, técnico enorme. Por esos años teniéndote enfrente cuando uno está en directo. Se merecen lo mejor porque son gente que ama esto. Si no, no tendría dudas en dedicarle cincuenta míseros segundos a este artículo. Pero es que son de otra pasta.
            Y eso que considero que no hay muchas clases de periodistas. Los hay que aman la profesión y los hay que no la aman. Los que están viviendo por ella y los que dicen que la utilizan para vivir. Los que viven para trabajar en esto y los que trabajan para vivir de esto. No es lo mismo. Por eso, al ser dos grupos diferenciados, pero solo dos, nos cuesta tan poco ir en el mismo barco a los que vamos. No queremos sinvergüenzas en el periodismo, queremos compañeros, amigos. Esta profesión será perra por unas cosas, por las más, pero es fantástica por otras, quizás las menos, pero una de ellas es la cantidad de gente que te encuentras por el camino. Sólo tienes que quedarte con la buena.
           

           

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