Barça y Madrid reviven esta noche el choque de 1996, único precedente entre ambos equipos españoles en una semifinal europea / El CSKA de Messina, que se mide al actual campeón Olympiakos, gran favorito al título
Un 9 de abril de 1996 se vieron
en París, en el último precedente en semifinales entre Barça y Madrid. Esa
guerra la ganó el Barça por agotamiento físico del Madrid (Obradovic no hizo
ningún cambio los 25 primeros minutos del partido) y el Madrid se dejó quince
puntos que había agarrado en la primera parte. Dos días después el Barçafue atracado
por la FIBA con aquel tapón ilegal de Vrankovic a Montero. Son historias del
pasado, pero que reviven esta noche en el 02 de Londres (21.00 h, La 1) en
busca de la final del domingo, la segunda en cuatro años para el Barça, la
primera en 18 para el Madrid.
En
2010 fue campeón en París el Barça, desde 1995, en Zaragoza, no lo es el
Madrid. Los dos curiosamente mataron a la misma víctima en su último título, el
Olympiakos. Hoy los griegos, actuales campeones, estarán presentes en Londres
pero jugarán con papel de derrotados en los pronósticos ante el gran CSKA de
Moscu, para muchos el gran favorito, el domingo.
Para
la semifinal hispana de esta noche todo se conoce de todos. Incluso Pascual,
muy fan de las variantes tácticas tanto ofensivas como defensivas, dijo ayer en
la rueda de prensa que “no es fácil sorprendernos entre nosotros. Hemos
trabajado mucho los dos equipos, pero nos conocemos tanto que serán muy poco
habituales las sorpresas tácticas”. Laso le secundó en esa idea. “creo que
somos candidatos los dos, pero no será fácil estar en la final. Ha habido de
todo este año, victorias suyas y nuestras”
Es
verdad que se han enfrentado cuatro veces y han ganado dos partidos cada uno.
En la Supercopa y en un clásico venido a menos, hace dos semanas, ganó el
Madrid y en el partido de ida de Liga y en los cuartos de la Copa, ganó el
Barça. Tienen rencillas los dos de la gran final del año pasado donde se impuso
el Barça en cinco frenéticos partidos y tienen recuerdos de la final de Copa
que le arrebató el Madrid al conjunto culé, en el Palau Sant Jordi.
Pero
este partido es distinto. Para empezar Jawai será duda hasta última hora y si
juega será infiltrado. También son duda Wallace y Sada y Mickeal es baja
sabida. Con esos problemas el Barça podría tener miles de sobresaltos tanto en
el juego interior como en la dirección de equipo. 40 minutos para Huertas y
Jasikevicius son muchos. Que nadie ayude a Tomic con solvencia, es para
temblar.
En
el Madrid todos listos y preparados para un gran reto, el que tiene el club
blanco, fuera de la élite desde 1995. Muchos dicen que sería sorpresa que
ganaran este año. No hay interior de solvencia ante pivots, por ejemplo de CSKA
(Krtic, Kaun). Pero no parecería un resultado de otro mundo si los blancos
levantan la Copa el domingo a eso de las once de la noche. Mirotic está de
vuelta, Slaughter y Begic han mejorado prestaciones y el perímetro es el mejor
de Europa si está fino.
Con
estos parámetros saldrán los dos españoles a la pista del mastodóntico
escenario londinense, sede de la épica final del 12 de agosto en los Juegos Olímpicos
entre España y EEUU. Saldrán ya sabiendo quien es el rival, resultado del gran
partido, repeticion de la final del año pasado, entre CSKA y Olympiakos. En
Estambul los griegos dieron una sorpresa de magnitudes bíblicas. Hoy los rusos
son grandes favoritos. Y los aon con Messina, que puede ganar su curta Euroliga
tras las conseguidas en 1998 y 2001 con la Kinder de Bolonia, y en 2006 y 2008
con su equipo de ahora. Ayer el italiano revolvió un poco el pasado para
compararse a Mourinho en la presión que había tenido de la prensa en el Real
Madrid.
Con
un favorito ruso (Papaloukas, Kryapa, Jackson y, sobre todo, Teodosic, están a
un nivel excelso) y con la esperanza española, que no se nos irá hasta el
domingo por la noche, se encara esta Final Tour, la primera en Londres, algo
que no ha debido gustar a los londinenses, que no saben en un 54% que se
celebra este fin de semana este evento. Preguntados ayer, un poco más de la
mayoría no sabía de qué hablaba el periodista. La FIBA debe mirarse estas cosas
porque no son de recibo en ningún caso.
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