El equipo de Laso gana el tercer partido de la final y se encuentra, como hace un año, a un partido de ser campeón de LIga / Inmenso Felipe Reyes con 20 puntos, clave para la victoria / Por primera vez en esta serie un equipo pasó de 80 puntos
Es una final definitivamente
impredecible. Se sobrepuso el Barça en el segundo partido al toque moral del
primero, para empatar la serie. Se rehizo el Madrid en un gran tercer partido
para llevar la final a su terreno, que es volver a Madrid como mal menor el
martes si no decide antes, mañana domingo, el campeonato.
Es una final de ida y vuelta que,
por ahora, tiene más sentido blanco que blaugrana. Es la conclusión que puedes
sacar si ves aspectos generales de todos los partidos. En el Madrid aporta más
gente que en el Barça, hay sensaciones que, por la mínima, te dejan un regusto
a título del Madrid. Pero hay qe luchar todavía.
Está el Madrid igual que hace un
año. Ha ganado el tercer partido, como hizo el año pasado, pero esta vez ha
ganado fuera y tiene dos oportunidades de ganar el campeonato. No se engañen,
igual que el año pasado. El orden de los partidos venía distinto. Perdió la
ocasión en en su Palacio y luego fue derrotado en Barcelona. Esta vez el quinto
teórico seria en casa, un alivio, no necesariamente equivalente a título pero,
al menos, un respiro el tener a tu público al lado.
Le dijo ayer Felipe Reyes nada más terminar el
partido a Africa de Miquel, compañera de TVE que “no queremos un quinto,
queremos ganar la final el domingo. Hemos hecho un partido serio, hemos jugado
a lo que queríamos. A ver si podemos sentenciar en cancha contraria”. Un Felipe
Reyes inmenso ayer, descomunal. 20 puntos, 6 rebotes para un tipo que sale
desde el banquillo pero que no ha perdido un ápice su competitividad. Es un
jugador histórico, vital para su equipo.
No hay que olvidar que el Barça luchará hasta la
extenuación, pero el golpe del partido de ayer es demasiado fuerte para
reponerte en 48 horas. Sin duda lo harán, pero da la sensación que el Madrid
tiene la final donde quiere, jugando, por fin, a lo que no había podido hacer
en los dos primeros partidos.
Es verdad que Laso no había podido ver desde su
banquillo a su equipo correr, lanzar contraataques furibundos, propios de la
temporada del Madrid. Pascual había sabido cortarlos. Es verdad también que en
el Madrid se están viendo algunas variantes tácticas, algo desarrolladas
respecto a lo que habíamos visto en el año. Muy bien elaborada está ya la presión
en zona 1-3-1 con Slaughter en la punta, cuando al Madrid no le van bien las
cosas, pero utilizada ayer en un momento del partido en el que el equipo blanco
estaba por delante. También se observó en algunas fases del partido la posición
de cuatro de Darden con canastas importantes del ala-pivot americano llegado de
Zalguiris. Eso, unido a la aparición de secundarios y a la buena defensa en
momentos clave ayudaron al Madrid a llevarse el partido.
Sólo en cuatro momentos estuvo el Barcelona por
delante en el partido. Todo un detalle jugando en casa un duelo tan decisivo.
El 2-0 inicial, el 5-4 de los primeros minutos, el 46-45 y el 48-47 de mediado
el tercer cuarto. Todo lo demás fue del Real Madrid que tuvo ventajas entre los
tres y siete puntos, pero que encontró ocho (33-41) tras un pase de Rudy para
canasta de Slaughter, y nueve tras un contragolpe terminado por Felipe en
canasta y adicional (52-61).
Era el momento clave, el momento para apuntillar la
final. Restaban siete minutos para el final. Reaccionó el Barça que encontró a
Tomic en dos acciones muy buenas del croata, inéditas en esta final. (61-65),
para poner emoción a los cuatro últimos minutos. Había vuelto Navarro a escena
con catorce puntos en el último parcial. Todo era esperanzador para los
locales.
Pero ya no era posible. Supo el Madrid poner fin al
partido de la forma más inesperada. Con dos triples consecutivos, uno de Llull
y dos de Mirotic, cuando habían errado hasta trece lanzamientos hasta ese
momento. Como si de magia se tratase y cuando la negación en el triple (5/19 el
Barça, 5/21 el Madrid al final del partido) era manifiesta en los dos, llegaron
esas conversiones para los de Laso cuando más importaban. Cuando hay que
meterlas.
La final sigue en Barcelona mañana (19.00, la 1) y,
si hay quinto el martes. Un año después el Madrid está igual, a un partido de
ser campeón. De volver a ser rey de la ACB, algo que no consigue desde 2007.
Ese año, un 24 de junio y en el Palau, Joan Plaza veía cómo su equipo se
convertía en campeón. Antes una Liga en 2005, otra en 2000, la anterior en
1994. Demasiado poco para un club histórico, con una deuda hacia el aficionado
que puede saldarse en uno, o tres dias.
1 comentario:
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