Eran los claros dominadores del basket nacional con permiso del Joventut, que ya había asomado la cabeza en alguna que otra ocasión. Pero Real Madrid y Barcelona se veían las caras aquel 22 de diciembre de 1987 en el Pabellón Pisuerga de Valladolid.en la final de la Copa del Rey.
En un último minuto emocionante y con dos puntos arriba para el Madrid, Romay comete falta en ataque con 35 segundos por jugar. El Madrid hace falta con once segundos para el final y, en una decisión sin precedentes en una final de Copa, Aíto decide sacar de banda y volver a jugar para intentar el triple, en lugar de lanzar el uno más uno y poder empatar el partido.
Una de las decisiones más arriesgadas que habrá tomado en su vida el técnico madrileño le salió bien y el Barça se proclamó ese año campeón de Liga y Copa. Nacho Solozábal fue el héroe inesperado ante la impotencia del Madrid, que veía cómo se le iba el título en el último segundo.
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