viernes, 8 de abril de 2011

El Madrid vuelve a la élite

El equipo blanco se impone al Power y jugará la Final Four en Barcelona / La defensa lanzó al Madrid hacia el éxito / Los levantinos se hundieron en una segunda parte nefasta

QUINTO PARTIDO. REAL MADRI 66-58 POWER VALENCIA

Ha sido una travesía del desierto que, de pronto, termina de un plumazo ante el mejor ambiente y en las mejores circunstancias. Cuando la sección de basket del Real Madrid no atraviesa precisamente los momentos de lujo de antaño, va el equipo y se mete entre los cuatro mejores de Europa. Se acabó tanto sufrimiento y tanta decepción causada en estos quince años sin aparecer entre los top. Ayer ante 13.000 gargantas en un lleno a rebosar, el Madrid venció al Power y le discutirá el 6 de mayo al Maccabi la segunda plaza en la final de Barcelona.

Como todo en esta vida, no fue fácil conseguir algo tan querido. Hubo temor, nervios, ansiedad en un primer cuarto nefasto (11-17) pero que tuvo fases peores que el resultado final (2-11). El segundo cuarto no comenzó para nada mejor y Power Valencia gozó de la primera gran ventaja (13-23) gracias a un gran Savanovic (15 puntos en la primera parte) y a una magistral dirección de juego de Rafa Martínez. Sí, Rafa Martínez porque ayer, de las pocas cosas que hizo bien el Madrid en esos primeros minutos, fue aprender la lección de los cuatro primeros partidos, así que secó a Cook y a De Colo.

Parecía no tener sentido si otros jugadores tienen su día y Martínez, Savanovic y Richardson estaban acertados en la primera parte pero en el tramo final de ese periodo cambió la cosa. Martínez se iba cansando, lógico, y la aportación de Cook y de De Colo debería ser más exigente. Pero el americano lanzó una vez a canasta en la primera parte y el francés anotó un triple. Casi inéditos. El Madrid se acercó a base de defensa (40-42) y el partido se apretó.

Tanto se igualó que daba la sensación, cierta al final, que una vez los locales se pusieran por delante, el desenlace iba a estar próximo. El equipo levantino moriría por asfixia y lastrado por el terrible ambiente de las gradas. Y efectivamente pasó algo parecido. El Madrid se puso por delante y fabricó una ventaja que empezó a ser seria al final del tercer cuarto (58-51). No contaba el equipo blanco con hacer un cuarto muy discreto pero menos aún con que el Valencia fuera un desastre tras la vuelta de vestuarios. 9 puntos en este periodo y 7 en el último para una infamia de 16 puntos en toda una parte.

No podía ganar nunca así el partido el equipo de Pesic que lo intentó todo, pero ayer no era el día. Protestaba a los árbitros (aún así muy anticaseros), ordenaba defensas mixtas, individuales. Nada funcionaba. pero nada podía funcionar en el Power si Cook lanza a canasta cuatro veces en el partido, tres de ellas triples imposibles. Si De Colo anota 5 puntos. Si Savanovic no aparece en la segunda parte, si no hay juego interior, si Claver está lesionado.... Un lastre para aguantar 200 minutos de eliminatoria.

Y así, mediante una gran defensa, a través de orgullo pero sin mucho baloncesto se planta el Madrid quince años después en una Final Four. Del 6 al 8 de mayo jugará en territorio hostil (Palau Sant Jordi de Barcelona) en el fin de semana que más le gusta a un profesional. Primero el Maccabi y, se gane o se pierda, otro partido el domingo. Este puede ser el del honor o el de jugarte toda una Copa de Europa. Justo el año que más revuelto ha estado todo. Justo el año en que el entrenador que empezó no acaba y que su segundo está muy discutido. Justo el año en que ha habido borrones históricos para esta sección (Alicante, Valladolid, Palau, Siena en la Caja Mágica). Pero ese año va a ser el que más próximo va a estar el máximo título continental. El año en que el Barça y Olympiakos, que ganarían casi seguro a este Real, no están en la Final Four. Todo el respeto del mundo para Panatinaikos, Siena y, sobre todo, el primer rival, Maccabni, pero la ilusión no se la quita nadie a este bloque que, por orgullo, estará luchando por el título.

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