viernes, 15 de abril de 2011

¿Qué le pasa a Ricky?

Viendo los últimos meses el comportamiento de Ricky Rubio, a uno le apetece sentarse y empezar a reflexionar sobre qué le pasa al excelente jugador. Habría que sentarse a reflexionar con él, pero eso es imposible desde esta tribuna y casi desde cualquiera, pero estaría muy bien porque no especularíamos sino que sabríamos a ciencia cierta por qué un chaval que era feliz hace año y medio es infeliz ahora y por qué alguien con una capacidad sobrenatural para jugar a esto es ahora una simple pieza más de un equipo.
Hace semana y media nuestro compañero Luis Mendoza, publicaba en El Periódico de Catalunya, una maravillosa entrevista a Ricky. En ella, entre otras cosas, llamaba la atención el titular. “Antes me divertía jugando al basket, ahora no”. Sobrecogedor. Uno empieza a pensar que la bajada de nivel del chico se debe a una complicada adaptación a los sistemas de Xavi Pascual en el Barça, pero también hay que recordar que en la final de Copa de Bilbao, ganada por el Barça, con paliza incluida al Madrid, Ricky hizo un partido sobrenatural, casi idéntico al que hizo dos meses antes en Vistalegre y que le valió al conjunto azulgrana para destrozar a su eterno rival.
Es justo reconocer que el bajón de Ricky arranca en la Final de ACB ante Caja Laboral donde el base no existe. No es juegue mal o bien, es que desaparece del parqué, no se le ve, es un ente que deambula en los res partidos por las pistas. Ya se intuía algo en la Final Four de París, donde el Barça gana al CSKA la semifinal, pero con mal partido de Ricky y en la final, a pesar de la derrota, Teodosic se come al del Masnou en un mano a mano claramente ganado por el serbio.
El verano no fue reconstituyente para Rubio. Todo lo contrario. El base realiza un esperpéntico Mundial con España sin estar casi nunca en el juego y metido en los sistemas de Scariolo. Salta la alarma. Y hoy en día sigue encendida. Ni la Copa, a pesar de la victoria blaugrana, ni la Euroliga, donde Rubio no ha aparecido en los momentos cruciales, ni en el último duelo ante el eterno rival ACB, el Madrid, donde el jugador no anotó y apenas dirigió.
¿Qué le pasa a Ricky?. Hace dos semanas la revista Gigantes, analizó de forma magistral, a través de cuatro miradas de cuatro técnicos del jugador, los motivos sobre lo que le puede estar pasando. Todos válidos porque todos conocen a Rubio. Pero no vale de nada, y lo digo por el aficionado, que estos grandes maestros que le habrán servido al chico una barbaridad, digan esto o lo otro. Lo que le pasa a Ricky ha de solucionarse ya porque al jugador le urge ser de nuevo el que fue.
Y creo que Pascual, su técnico ahora y principal apoyo porque es que le ve todos los días, no ayuda nada defendiendo al jugador cada partido. No soy partidario de las broncas sin sentido pero sí soy defensor de decir en rueda de prensa algo referente a la bajada de nivel de alguien. Pascual, sin embargo, se encarga partido tras partido de defender al jugador y de hacer valer ante la prensa lo importante que es el trabajo que hace para el equipo.
Ricky no es el que era y no es suficiente para el equipo que aporte lo que aporta ahora, casi nada. Es urgente para él y para todo el público que reflexione y que vuelva a ser el jugador que era. Ahora, no es ni la sombra y eso no pasa porque sí. Algún culpable debe haber y, en la mayoría de los casos, y tratándose de deportistas más, el culpable es uno mismo.

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