viernes, 1 de abril de 2011

Un golpe brutal para el Barcelona

El equipo azulgrana pierde en Atenas y se despide, impotente, de "su" Final Four / Panatinaikos, mucho mejor en casi toda la eliminatoria / Pésimo estado físico y técnico de Ricky Rubio

CUARTO PARTIDO. PANATINAIKOS 78 - 67 BARCELONA

Víctima de una ansiedad eztrema y de una impotencia fuera de lo normal, el Barcelona cerró ayer su etapa en la Euroliga. La cerró de una forma que pocos pensaban, siendo muy inferior a Panatinaikos en tres de los cuatro partidos que se han disputado pero, sobre todo, en los dos que han tenido lugar en Atenas.

No hay excusa para que este grupo no pueda competirle un cuarto partido al bloque de Obradovic. Porque lo que pasó ayer en el Oaka, es digno de mención. El Barça perdía 2-1 la eliminatoria y, presuponiendo un orgullo de campeón, va el equipo de Pascual y no se presenta en espíritu en el partido decisivo. A pesar de que en muchas fases del encuentro, el marcador estuvo igualado, diría que el Panatinaikos ganó fácil.

Tenían razón los que dijeron en su día que Obradovic, con peor plantilla, le iba a organizar una buena a Pascual. Hay que partir de la premisa que el técnico azulgrana aún no es Obradovic ni le llega a la suela de los zapatos. Pero hay que decir también que es un buen proyecto de técnico, con aportaciones muy interesantes en estos tres años que lleva de jefe en un banquillo. Pero dicho eso es justo reconocer, lo contrario sería de idiotas, que Zeljko se lo ha merendado, yo diría que en los cuatro partidos porque en el primero Panatinaikos perdió de casualidad.

No hay razón para pensar ahora que los campeones de 2009 en Berlín repetirán título en
Barcelona. Son la mejor plantilla de las cuatro que llegan (Siena, Maccabi, Madrid o Power están por debajo), pero habrá que respetar este dichoso juego, tan lógico a veces, como caprichoso otras, pero delicioso en todas las circunstancias. El 6 y el 8 de mayo en el Palau Sant Jordi el equipo de Obradovic tiene una oportunidad fantástica de alzarse con el cetro europeo.

Lo que pasó ayer en el parqué del Oaka fue tremendo. Las contínuas defensas alternativas de Obradovic dejaron pasmado, una vez más, a Pascual, que no encontraba soluciones. A eso hay que contar el regular estado de forma de Navarro en toda la serie y el pésimo de Ricky Rubio durante los cuatro partidos. El base del Masnou no apareció ni en Barcelona ni por Atenas. Lo malo es que no se le esperaba porque a Ricky hace tiempo que le tenemos que examinar, pararnos y reflexionar sobre qué le pasa. Que quizá es nada, o poco, pero resulta tan llamatvo que no sea ni la sombra del de hace apenas diez meses, que chirría sobremanera.

A eso añadimos que la baja de Mickeal ha caido como una losa sobre este equipo y que Morris, Lorbek y Ndong han desertado en esta serie tan importante. Lakovic ha hecho más de lo habitual por el fiasco de Ricky y sólo Vázquez, Ingles, Grimau y, en ocasiones, Anderson han aprobado en esta semana y media. Y éste último por los pelos, porque en el tercer partido cometió un fallo de principiante al anotar una canasta de dos cuando hacía falta urgente un triple. Y porque Anderson está para cuando quiere. En esas circunstancias llega a ser buenísimo (final de Copa ante el Madrid), pero cuando no aparece o aporta poco, es un jugador del montón.

Todas estas cosas las aprovechó Panatinaikos para dar un estirón definitivo en el tercer cuarto. Del 34-33 esperanzador del final de ka primera parte, a un loco 56-47 antes de empezar el último cuarto. Entonces las ventajas se mantuvieron ahí, en ese margen. Hasta los trece puntos se fue el PAO, Hasta a seis llegó a quedarse el Barça. Pero no hubo tiempo para el milagro, ese que pocas veces aparece si no has hecho bien las cosas.

Porque con el partido que hizo ayer el Barça, como para tener opciones al final. Hubiera sido demasiado benévolo para el club azulgrana, tremendamente cruel para los griegos que se cuelan en la Final Four por méritos propios. Porque tiene jugadores a los que acompañarías al fin del mundo. Diamantidis, Calathes, Batiste, Fotsis, Sato, Nicholas, lesionado ayer en el minuto seis de partido y ni así supo ver el Barça la superioridad en el exterior. En definitiva, un equipazo, ligeramente peor en calidad que el propio Barça y que su vecino Olympiakos, pero resulta que ellos están en la Final Four y los otros dos, claros favoritos al principio, ni siquiera sacan billete.

Una Fina Four que, a la espera de que Madrid y Power decidan su quinto partido, tendrá a cuatro invitados que no estuvieron el año pasado (Madrid-Power más Panatinakos, Siena y Maccabi). En la historia de la Euroliga nunca pasó esto. De un año para otro ocho equipos diferentes (el año pasado Olympiakos, Barça, Partizan y CSKA). Algo muy raro en estos tiempos que corren pero normal si ves los partidos en la pista. Si no, que se lo digan a los aficionados culés que no han podido ver al Barça de siempre en esta eliminatoria. Sólo a un equipo vencido por las circunstancias.

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