Victoria culé en un partido muy serio en el Palacio / El Madrid notó la presión y no supo realizar el juego tradicional / Quinto partido en el Palau el sábado
Podía pasar y, tratándose del
actual campeón, se podía esperar. El Barça hizo un ejercicio de autoestima las
48 horas que precedieron a la esperanza, las siguientes al desastre del lunes.
Ganó ayer en el Palacio, sacó la cabeza y ahora es un poco más favorito en el
quinto y decisivo partido del sábado en el Palau.
El
cuarto partido no fue ninguna broma. Con el público encima por lo que había
sucedido en el tercero, el equipo de Pascual tuvo que ser doblemente firme, tuvo
que estar doblemente concentrado. Ayer sí salieron todos a la cancha, no había
tiempo a posponer la machada. Tendría que ser ayer y no desoyeron los culés la
llamada de su honor, la que dice que debían ganar para salvar el orgullo.
Y
todo a través de detalles concretos que no pasan desapercibidos. Por ejemplo la
zona impuesta por Pascual en el primer cuarto, inesperada a todas luces pero
que hizo complicado el nivel de juego del Madrid. Había que impedir que los
blancos corrieran, conseguir que el juego de Llull y Rodríguez fuera lento. Lo
consiguió el Barça en el primer tiempo, con un soberbio Lorbek y un gran
Wallace (sí, Wallace). 15-17 en el primer cuarto, 34-39 al descanso.
Fue
entonces cuando Pablo Laso tuvo que arreglar algunas cosillas. Las justas para
que el Madrid impusiera un poco su rimo al comienzo del tercer parcial para
meter presión a su rival. Pero Navarro ayer estaba de dulce, Lorbek y Mickeal
cumplían, Marcelinho dirigía, ayer, magistral. El Barça se va de nuevo en el
marcador y consigue una máxima de once (49-60), se tranquiliza de cara al último
envite, ese en el que se iba a jugar todo el futuro.
Pascual
se limitó a contener el juego blanco en el último cuarto. Un periodo muy
inteligente del bando azulgrana. El Madrid se acerca a cuatro (58-62) a seis minutos,
el Barça estira el marcador y a tres minutos y medio tiene una máxima de doce
(64-76). Tira el Madrid de orgullo para anotar cuatro puntos, pero el Barça responde
con dos canastas de Navarro y un triple de Lorbek que parecen matar el
encuentro (68-79).
Fue entonces
cuando aparece el último arreón blanco. Siete puntos de Mirotic consecutivos
ponen al Madrid a cuatro a 40 segundos del final. Pero ahí estaba el mejor
cuatro de Europa, Erazem Lorbek, para inventarse una canasta en la cara de
Tomic. Partido ganado, habrá quinto en el Palau y allí, con la ventaja como
local, será otra cosa. Asunto del Madrid será que no sea así y que el equipo de
Laso pueda hacer un buen partido (otro) en Barcelona, donde es tradicional
hacer buenas cosas este año. Por ahí debe venir el optimismo blanco. No será fácil
para nadie. Conclusión, será bueno para el espectador.
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