El Barça consigue la Copa del Rey cuando no entraba en casi ningún pronóstico / Vence en la final a un Valencia que se desplomó en los últimos doce minutos / Mickeal, MVP
Escondido llegó a Vitoria, sin
hacer ruido, sintiéndose no favorito. Como si la historia de este club no le
obligase en esta cita a estar ahí, entre los mejores. La situación en Liga no
era buena, pero es verdad que estaba ascendiendo. En esas condiciones se
encontraba el Barça el miércoles y, de repente, el domingo, es campeón. Como un
asesino silencioso. Sufrió en el primer partido pero ajustició cómodo a sus dos
siguientes rivales.
Ha
ganado el Barça su 23ª Copa e iguala al Madrid en títulos. Es la tercera de
Pascual, la tercera de Mickeal, la sexta de Navarro. Ayer Juan Carlos no
apareció. Cero puntos fallando sus dos lanzamientos de dos y sus seis triples.
Pero acabó, de un plumazo, con el mito (verdadero, ahí están los datos y los
partidos) de que sin él el Barça no podía ganar. Vaya si ganó y convirtió en
realidad la opción de que sin él, el equipo culé aspira a todo también. Y eso
que Navarro es mucho Navarro.
Fue
ajustada la final hasta la segunda parte, hasta que se le acabó el físico al Valencia,
hasta que los levantinos creyeron en el milagro. No hubo forma. A partido largo
e intenso gana el Barça por una cuestión normal. Hay más plantilla y eso que
los de Perasovic no la tienen mala. Es un buen equipo que aspirará a todo en
Liga (es actual semifinalista) aunque tenga altibajos en la competición.
Pero
el equipo azulgrana es más profundo, más largo. A seis minutos del final del
tercer cuarto anotó Oleson un mate que culminaba un 7-0 de parcial y que ponía
a los culés 13 arriba (52 – 39). Ya se le acababa el fuelle al Valencia y eso
que Perasovic lo intentó parar con un tiempo muerto. 61 – 53 antes de entrar en
el cuarto definitivo. Oxígeno todavía, pero sensación de que no iba a poder
ser.
Y
sin Navarro salió Mickeal en el Barça (MVP), Tomic, Oleson, Marcelinho. El
brasileño maneja como quiere un partido de basket. Pudo con todo, impuso el ritmo.
Enfrente ya no había fuerzas. Ni Rafa Martínez, ni Pietrus, Ni Lischuk,
lastrado ayer con tres faltas en doce minutos. El Barça se fue definitivamente
en el marcador tras triple de MIckeal (73- 57). Todo se había acabado.
Consiguen
los de Pascual una Copa de mérito, que empezó a tocar ganando al Madrid el
jueves. Ese partido marcó todo. Le dio confianza al equipo, que ganó casi de
manera convincente al anfitrión y ayer la final a un Valencia inferior. Llegó a
Vitoria de tapado y eso que es un grande, pero sale de la capital alavesa como
alternativa a todo. Tiene de todo y bastante bueno. A nadie le extrañaría que
esta racha negativa que ha pasado diciembre y enero sea sólo una anécdota. El
Barça luchará por los dos títulos que quedan, sin duda. Que nadie entierre a
este grande que lo sigue siendo. Eran justas las críticas hechas al equipo a la
hora de hacerlas. Pero también es claro que la plantilla se ha dado cuenta, ha
reaccionado. Todos han reaccionado, incluido un aletargado Pascual en un
momento de la temporada que ha emergido como un estratega en momentos claves.
Era evidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario