viernes, 8 de febrero de 2013

Un rodillo ante una marioneta


            Valencia Basket arrolla a Estudiantes en una exhibición defensiva y se clasifica a semifinales / Los madrileños notaron en exceso la baja de English, con un proceso vírico 


Empezó a perder Estudiantes el partido por la mañana, cuando en el desayuno, Chus Vidorreta recibió la peor de las noticias. Carl English había estado vomitando toda la noche y tenía dolor en todo el cuerpo. Un proceso vírico se cargaba a la estrella colegial. Malísima noticia, casi una premonición de partido decepcionante, nulo. Como así fue.
            Lo empezó a ganar el Valencia con la confirmación de la baja, dos horas antes del choque. English se quedaba en el hotel, ni se vestía. Y lo certificó el equipo de Perasovic con una defensa brutal en el encuentro, una de las mejores en el campeonato. En este partido dejó en 59 puntos a los madrileños, relajándose en los últimos cuatro minutos. Podía haber sido peor para Estudiantes.
            Por supuesto que contribuyó el desquiciante partido de Asefa, el peor del curso sin duda, justo en el momento que más se pedía que estuvieran. Venían bien en Liga, el cuadro era un regalo, pero no lo aprovecharon. Los colegiales nunca llegaron al partido. Ni en el primer cuarto, el más igualado, tuvo la sensación el espectador de que había partido. Ya lo de los cuartos siguientes pertenece a la historia del disparate estudiantil. Con pérdidas de balón, malas defensas, malas selecciones de tiro, nula atención en el rebote. Esto es la Copa, es basket. Si no estás, te borran del partido.
            Cogió el Valencia Basket 15 rebotes ofensivos, una barbaridad, y defendió. Con eso, que parece poco pero que es mucho, le valió para descuartizar vivo a su rival. Centrado en una gran defensa, los de Perasovic han presentado su candidatura en esta Copa. Cuidado con este lado del cuadro que va a aprovechar el cansancio del Barça primero y del que gane la semifinal entre catalanes y baskonistas, que será apasionante, tensa. Ahí tiene el finalista de esta parte, la opción de su vida, la de ganar la Copa.
            No apareció nadie en Estudiantes, ni siquiera Gabriel o Granger, mal ayer. Ni siquiera Jaime Fernández, Kuric, Barnes, Nogueira, muy nervioso. Nadie hizo nada. Vidorreta veía perplejo el partido en el banquillo. Tampoco supo hacer nada. Carl English pesaba demasiado.
            Apareció Faverani en Valencia, 23 puntos, 11 rebotes, inmenso el brasileño en la zona. Pero la defensa fue la que ganó el partido. El Valencia le concedió a Estudiantes muy pocos tiros cómodos. En eso se ve la actitud defensiva de un equipo, no que el rival anote poco porque lo han podido hacer tirando mal. Se trata de anotar poco, tirando poco y eso es lo que consiguió Valencia con su rival.
            Se marcha la Demencia decepcionada de otra Copa. Las últimas siete veces que han estado en la Fase Final se han marchado cinco el primer día y dos en semifinales. Habían venido 2.000. Nunca fallan pero el equipo sí lo hizo ayer. No está ahora el club para pedirle grandes cosas, pero sí que hubiera comparecido en Vitoria, al menos, a la hora del partido. Y no lo hizo.

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