FIRMA INVITADA
ARANCHA MORENO
Ciento cincuenta y dos mil quinientos setenta y un seguidores. Es el número de simpatizantes, usuarios de Facebook, que tienen a Rafa Nadal entre sus favoritos. Hablamos del niño que ha ganado el Rolland Garrós, Wimbledon, y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, además del número uno del mundo.
No se confundieron. Dije niño, como en aquel anuncio que protagonizaba la madre de Rafa, que le ha visto crecer pegado a una raqueta. Ese niño que pensaba que su tío podía invocar la lluvia para ayudarle cuando iba perdiendo un partido, y cuando veía las gotas sobre la pista, le pedía a su maestro que no hiciera llover: “tranquilo, que a este le puedo ganar”!
Humilde y sencillo a pesar de las medallas, de la lucha interminable, de la fuerza, de esas copas que tanto le gusta morder… Educado y respetuoso en la pista, sincero y tímido ante las cámaras. Rafa se ha forjado una brillante carrera que ahora le lleva a rozar el cielo con los dedos, sin despegar jamás los pies de la tierra.
Nadal se ha hecho mayor este año. Lo ha conseguido todo. Ha reído, ha llorado, ha sufrido y ha peleado hasta el final, y ha obtenido su recompensa: despertarse una mañana y sentirse número uno del mundo, oro en los JJOO, ganador en tierra, hierba y pista rápida. Y sin perder el norte, ni perder su bandera.
Rafa Nadal se ha hecho mayor con la raqueta, pero que no os engañe. Miradle a los ojos… Allí sigue siendo niño.
* Arancha Moreno es periodista
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