Víctima de sus nervios finales y de un pésimo arbitraje. Así murió el Madrid en Europa, dejando la sensación de que está lejos para algo grande. Lejos por todo, menos por esfuerzo, pero sí a años luz de tocar el cielo por la corta plantilla y por el peso que ha perdido en el continente.
El arbitraje de ayer no es de recibo. El Madrid ha perdido fuerza y eso se nota porque en Atenas no pitaron así. Hay que decir que la Euroliga premia al equipo con dinero. Y en la Final Four estarán los dos griegos, el CSKA y un español, rico, como Barça o Tau.
Murió el equipo de Plaza de la peor forma, en un partido dominado, claro en algunas partes, pero espeso en el final. En un último minuto de infamia baloncestística. Un triple fatal lanzado por Bullock, otro errado por Raúl. En medio un puñal de Erceg en la única canasta del serbio en el partido. Malas decisiones, nervios totales que frustran un quinto partido en Atenas, que podía ser la muerte segura, pero al menos era un quinto.
Plaza no tenía tapujos en reconocer en la rueda de prensa que había que recuperar el prestigio en Europa, ese que ha perdido el Madrid en los últimos años. Son tantos sin aparecer en un Final Four, ni siquiera estar cerca, que se hace complicado imaginar al equipo blanco en la última fase de la gran competición.
Está claro que es lo que hay y habrá que hacer muchas reflexiones. Pero el Madrid es peor que Panatinaikos, Barça, Olympiakos, Tau, CSKA y, si me apuran del Maccabi eliminado. Por eso, hay que asumir que esto pasó y que no había plantilla para superar un cruce. Así de crudo.
Ahora, lo positivo (si es que hay algo). El Madrid tendrá la mente puesta en ACB. Sólo un partido por semana, de aquí al 10 de mayo y luego los play off. ¿Por qué no pensar en un Real finalista de ACB, luchando por el título? Créanme. El cansancio tiene mucha importancia en el tramo final y el Madrid no estará cansado. Buen presagio dentro de la decepción.
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