miércoles, 25 de agosto de 2010

La baja de Calderón me inquieta

No es tontería la baja de Calderón aunque se quiera disimular con la afirmación de que Ricky Rubio y Raúl López (el elegido por Scariolo para sustituir al extremeño) lo vayan a hacer bien o que estén preparados para tomar el timón de España en el Mundial que arranca el sábado 28 en Turquía.
Digo que no es tontería porque la tranquilidad y el reposo que le da José Manuel Calderón al ataque de la selección se va a echar en falta en el Mundial. Ese carácter cerebral del base no lo tiene nadie en el combinado nacional, esa conexión casi perfecta con Scariolo que le hacía ser la continuidad del técnico en la pista. La sensación es peor cuando te das cuenta de lo que era Calderón en el equipo, un papel que nadie tiene ahora.
Será el segundo torneo consecutivo que se pierda el base, que no estuvo tampoco en Polonia el año pasado. No es cuestión recordarlo ahora porque él tiene que ser el primer apenado pero la selección fue oro en aquel campeonato. Hay una diferencia. Raúl López ya había entrenado toda la preparación con el equipo y Llull era un jugador más joven pero en mejor forma que ahora. Es cierto que Ricky, Navarro, Rudy y Pau cogieron el toro por los cuernos y entre los cuatro casi nos hicieron campeones. Ahora falta Pau, Llull no es el del año pasado y Raúl López lleva tres meses sin competir.
Pero el base del Kimki es, aunque no lo parezca, la solución más lógica. Scariolo podría haber llevado a Sada, pero ha optado por un tipo que lleva todo el año con él en Moscú. A cinco días del Mundial, el técnico sabe que mejor alguien que conozca su forma de entrenar y de motivar que alguien desconocido o que se tenga que aprender ahora todos los sistemas.
Y así estamos. A cinco días para empezar bastantes ilusiones, no todas pero créanme, bastantes, se van un poco abajo sin “Calde” en la pista. Es un ganador nato y llevaba tiempo diciendo que este era su torneo. Nos quedamos sin él y sin cerebro. No sin inteligencia porque muchos la tienen en este equipo pero a mí me ha parecido un inconveniente. Llámenme pesimista pero lo siento así.

No hay comentarios: