lunes, 20 de febrero de 2012

El imperio blanco conquista Barcelona

Un Madrid demoledor arrasa al Barcelona y gana la Copa 19 años después / Llull, MVP de la final / Carroll y Suárez, también brillantes

Sucedió en Barcelona un 19 de febrero de 2012. Así debía empezar, a partir de ahora, cualquier artículo relacionado con la historia moderna del Real Madrid, porque lo que hizo el equipo blanco fue revitalizar su sección de baloncesto en un momento tremendo. Fue esas ocasiones en las que la historia queda reducida a 40 minutos en los que ya es mera historia el propio partido. Fue una exhibición brutal del equipo más laureado de este país. Y fue en un escenario mítico y ante el eterno rival.
Lo de ayer entra directamente en los libros de baloncesto. 74 - 91 en el luminoso. 17 arriba en cancha de tu enemigo. Una actuación descomunal de un grupo ávido de triunfos. Cinco años sin ganar nada (Liga ACB 2007, la última conquista) y con ganas de volver a ser los de siempre. Y ayer lo consiguieron gracias a ese baloncesto que ha puesto en marcha Pablo Laso, a años luz del que quiso imponer Messina, ayer protagonista sin saberlo. Ese peso que se ha quitado la sección.
Ayer fue Llull la estrella. Autor de 23 puntos, MVP de la final y auténtico valuarte de este equipo en momentos complicados. El menorquín llevó al Madrid en volandas en el último cuarto. Pero durante todo el encuentro estuvo presente. Aportando intensidad, velocidad, ritmo suicida, ese basket que tanto le gusta a él y que tanto emociona en la casa blanca.
Y fue Llull matador sobre en todo en dos momentos. Luego con el paso del partido queda en anécdota pero el base anotó dos triples cruciales al final del segundo y tercer cuarto. Con seis arriba en las dos ocasiones y con casi toda la posesión, Llull botó el balón, se buscó un bloqueo eficiente en ambas situaciones y clavó un puñal en forma de tres puntos. Nueve arriba al descanso, nueve arriba al final del tercer cuarto. En el último también brilló Carroll, impresionante en el último esfuerzo, el de afianzar la victoria. Un triple suyo mató el partido (56 – 73). Entonces estalló la euforia.
También Laso tuvo su protagonismo. Le ganó la partida táctica a Pascual y se la ganó de manera brillante. Primero con sorpresas en los cincos iniciales de cada cuarto, incluyendo a Velickovic, a Carroll, a Begic, a Tomic, a Reyes en los inicios de cada parcial. Rotando a sus jugadores sin notar quién era fundamental. Sin que el Barça encontrara explicaciones. Después, con la situación de Suarez en la pintura, como cuatro, colosal el de Aranjuez. También recordando tiempos pretéritos cuando Chimpa era un jugador meramente exterior. Con coherencia se llega a todos los lugares, pero sobre todo, se puede llegar a ganar un título.
Y 19 años después el Madrid es campeón de Copa, tras cinco finales perdidas desde 2001, tras varios batacazos, tras ver la luz, aunque tenue, en la Final Four de Barcelona de hace diez meses. Justo en ese mismo escenario se revindicó el Madrid ayer de manera descomunal.
Llega el tiempo de reflexión en el Barcelona. La alarma no ha sonado o, al menos, no de manera definitiva pero sí ha dado un aviso. La Liga del año pasado vino después de un fracaso de magnitud cósmica con la eliminación de la Euroliga. Y ese año se ha perdido la Copa en casa. Un hombre queda algo marcado. El base que Pascual quería por Ricky, Marcelinho, no ha dado la talla. Ayer Sada jugó 25 minutos y manejó mejor el equipo. Sobre todo en los instantes de más presión blaugrana tras triple de Ingles a tres minutos del final del tercer cuarto (51- 52). Ahí notó el Madrid el aliento de su rival, pero dio igual. Todo se desvaneció de repente. Con la jugada de LLull, con la presión blanca.
Ayer al Barça le fallaron varias cosas porque siempre ha de fallar algo para que el rival lo tenga más fácil. Y ayer el Barça no fue el de siempre. Maniatado de manera brutal por un imperio, el blanco, que se coronó en Barcelona, cambiando la tendencia del basket español.

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