España ha aprendido a sufrir en este torneo de Zaragoza, recién concluido. La victoria de ayer casi fue agónica ante Polonia, pero fue victoria que en definitiva es de lo que se trata.
Es Polonia, por lo que vimos ayer, una anfitriona que te puede dar un susto el día menos pensado. Para empezar perdió de cinco (88-83), en la derrota más honrosa de todas las que han padecido selecciones ante los nuestros desde septiembre de 2005. En su grupo del Europeo están Turquía, Lituania y Bulgaria. Desde hoy digo que, jugando como local, pueden ganar a las tres y más tras lo que hemos visto de, por ejemplo, Lituania, en esta preparación.
Jugadores como Woicik, Ignerski, Lampe, Gortat y el nacionalizado Logan, hacen tener respeto a esta selección. Repito, jugar en casa un campeonato es un extra en este deporte. Más lo es si la selección tiene calidad.
Es cierto que es un pequeño aviso para esta España que parece imparable. Lo es por el momento pero puede dejar de serlo si se duerme en defensa en determinados partidos. Scariolo es un amante de la defensa, pero esta selección no tiene grandes defensores y sólo en contadas ocasiones sale el espíritu aguerrido en la zona de atrás del campo. Ayer Polonia endosó 83 puntos a España. Demasiado.
El domingo ante Irán no veremos nada pero el jueves que viene ante Lituania, sí. Es la revancha de ellos por el 100-74 de la semana pasada y el partido se juega en Vilnius, en la cancha del Lietuvos Ritas. Ese partido puede ser la gota definitiva que cubra la convicción de que nuestra selección será oro en el Eurobasket.
PD1. Del partido contra Israel del miércoles no se sacan demasiadas conclusiones. Muy flojo el combinado hebreo, al menos, ese día. No tiene malos jugadores pero parecen que no están por la labor. No sé si Eliyahu rezó antes del partido para que Ivanovic, su nuevo técnico en el Caja Laboral, no estuviese viendo el partido porque el jugador estuvo infame.
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