Aquella noche del 10 de abril de 1996 se recordará siempre en el equipo blaugrana. Un tapón ilegal de Vrankovic sobre una bandeja de Montero evitó la victoria del Barcelona. Todo fue extraño aquella noche. Una mala actuación de Karnisovas y un desaparecido Jiménez lastraron al equipo español que llegó a perder de quince puntos recién comenzada la segunda parte.
Pero el Barça reaccionó a base de casta, gracias a un gran Galilea en los minutos finales. Con 66-67 en el marcador Yannakis perdió el balón a siete segundos del final y, como se ve en la imagen, el reloj se para a cuatro segundos del final y continúa unos diez segundos estancado. El partido duró 40 minutos y diez segundos, dado que alguien en la mesa cometió un error al parar el tiempo sin tener que hacerlo.
El Barça reclamó aquel tapón de Vrankovic pero la FIBA, como habitualmente, no hizo caso. Era la cuarta final perdida, todas las que había jugado, unida a dos semifinales más con resultado negativo. La maldición seguía viva.
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