La selección se impone a Chequia tras perder ante Eslovenia y recupera la estabilidad / Hoy ante Polonia y mañana ante Georgia, últimos partidos de la primera fase
Había
que ganar como fuera, daba igual cuál fuera la forma, la cuestión era redimirse
de un tropiezo normal, no esperado, pero dentro de la lógica. Lo importante era
que ante la República Checa, España debía vencer y lo hizo, de la forma más
rutinaria posible, como si no hubiera partido, despachando a la débil selección
rival en poco tiempo.
Lo que ocurrió fue algo parecido a
esto. Lo que sucede es que España esperó demasiado. A finales del tercer cuarto
se decidió por apretar el acelerador, para terminar en el último. El 13-2 de
parcial de este periodo da fe de cómo fue el partido, a un ritmo lento, tedioso
y sin que España jugase bien.
Pero se ganó, que era lo importante
y hoy ante Polonia, que aún no conoce la victoria en el Europeo, se debe pasar
a la siguiente fase. Ya veremos mañana lunes por la tarde quién son los rivales
a partir del jueves en el nuevo grupo que se forma en este campeonato, pero
España debería ir pensando en cambiar las revoluciones de este torneo. No anota
mucho (197 puntos en tres partidos, unos 66 por encuentro) y defiende a ratos,
sólo corre en contadas ocasiones y todavía no hemos visto a Ricky y Llull en su
mejor versión. Será cuestión de tiempo.
Pero mientras eso llega ayer se salvó
la trampa. No fue sencillo. En el primer cuarto parecía que sí (18-7) con
aportaciones de todos, menos de Marc. Buena noticia, no es mala, puesto que el
menor de los Gasol no ha de anotar para estar presente en el partido y para ser
perjudicial para el rival. Si ya anota es terrible para el contrario, pero si
no lo hace permite otras opciones que no existieron ante Eslovenia en los
momentos decisivos.
En el segundo cuarto la selección
sufrió. No hubo rebote, no pudo hacer contragolpes y los checos se llegaron a
poner a dos puntos. Buena aportación de Barton y Welsch, veteranos pero con más
rol que el NBA Vesely en este equipo. Sólo un apretón final permite a los de
Orenga marcharse a la caseta con 33-25. Incómodo.
Y más aún casi todo el tercer
cuarto. Chequia se pone a tres tras canasta de Barton y España se siente mal,
indispuesta. Los síntomas son de cansancio, de ataques espesos, afortunadamente
rotos con cinco puntos seguidos en el último minuto y medio. 47-37. Ya se había
sufrido todo lo posible. Ahora era cuestión de despegarse, más por desgaste
contrario que por acierto propio.
Y eso fue lo que pasó. España apretó
en defensa tanto como para dejar a Chequia en unos ridículos dos puntos en el último
cuarto, igual que el otro día ante Croacia. La selección sólo hace 13 pero
basta para ganar su segundo partido en el campeonato, sortear el obstáculo y
ponerse en orden otra vez, sin que nada parezca haber pasado.
En este campeonato tan loco, hoy
Polonia y mañana Georgia se juegan ante España las opciones de clasificarse,
pero lo tendrán complicado las dos. Ayer los georgianos estuvieron a punto de darle
un susto a la anfitriona, Eslovenia (72-68). Hoy lo darán todo ante Chequia y
mañana ante nosotros se jugarán la vida.
Ricky Rubio, que no está apareciendo
mucho en este europeo decía en rueda de prensa que “cuando defendemos estamos cómodos
porque esta seelcción tiene que defender y correr”. Claro, que eso no es tan fácil
con selecciones que se cierran y Boza Maljkovic el otro día, pudo marcar el
camino, para hacerle a España muy complejo el campeonato a partir de ahora. Será
labor de Orenga darse cuenta.
A partir del jueves la selección se
cruzará con un grupo que se está poniendo algo más dulce de lo que se preveía.
Rusia y Turquía están con pie y medio fuera aunque aún se pueden meter.
Finlandia está siendo la revelación. Pero por el contrario Grecia está fortísima
e Italia ha ganado los tres partidos. Los transalpinos no son lo que eran y
nadie contaba con ellos para llegar a segunda fase, pero ya se sabe con esta
selección. Cuando no parece nada, lo es todo. Yo no me confiaría.
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