España encaja 53 puntos en la segunda parte, punto básico para su primera derrota en el campeonato / La buena actuación de Marc Gasol fue insuficiente / Mañana, la débil República Checa
Hay días en que es mejor no ir a la
cancha, no haberte despertado. Es mejor no haber ganado el primer partido
porque en el segundo te relajas, no pones el empeño necesario, estás pensando
continuamente que una derrota en un Eurobasket tan largo, tampoco sería
preocupante. Vas haciendo las cosas según salen, casi sistemáticamente y te das
cuenta, demasiado tarde que no se han cerrado lo debido algunos aspectos que al
final han sido básicos en tu derrota.
Algo así le debió pasar a España
anoche. Eslovenia fue creyendo en sus posibilidades alimentada por las 5.000
personas que abarrotaban el pabellón de Celije y crecida la selección de Maljkovic
por la apatía de España y por la defensa de papel de los de Orenga en la
segunda parte. 53 puntos encajados. Una brutalidad, propia de la peor selección
del campeonato.
Es verdad que la derrota no es
decisiva, ni siquiera muy importante. Ahora, es para reflexionar. Se tiene que
hacer un ejercicio de autocrítica por algunas cosas que no dejaron de ser
sorprendentes. La derrota, eso sí, avisa a España, y eso ya lo sabíamos, de que
esto no va a ser fácil. Tanto que ahora mismo las opciones, aunque sean emocionales,
de ganar el oro, han bajado hasta límites exagerados. Esperemos recuperarlas
cuanto antes.
Esta derrota lleva a España a tener
que conformarse con una victoria sólo en la segunda fase si todo va por el camino
correcto que visto el nivel de las tres rivales próximas, invita al optimismo.
Es verdad que Georgia ha estado a la altura en estos dos partidos pero España
es mejor, y Polonia y Chequia están a años luz de los nuestros. Los de Orenga
ya no pasarán en ningún caso con dos victorias porque Eslovenia será primera a
no ser de cataclismo.
En el partido de ayer casi todo se
hizo bien en el primer tiempo. Muy buena defensa en el primer cuarto y
aceptable en el segundo. 25-33 al descanso. Sensaciones buenas. Gran Marc y
buena dirección de Calderón y Sergio Rodríguez. Empieza a dar la sensación, y
no soy el único, de que esta selección juega mejor con estos dos bases en
cancha. Con Ricky y Rudy todavía no se han visto grandes cosas y soy pesimista
en ese aspecto.
La segunda parte fue otro cantar.
Importantes aspectos a señalar. Con 34-42 tras canasta de Gasol, España recibe
con seis segundos de posesión eslovena un triple frontal. No puede ser. Una
defensa concentrada en esa jugada con cinco minutos por jugar del tercer
cuarto, hubiera sido muy importante para alejar un tanto a Eslovenia. Orenga
estaba obsesionado en que los locales no entraran por delante al último y
decisivo acto. No lo consiguió.
Tras un intercambio de canastas más
o menos contínuo España llega a los dos últimos minutos de cuarto con 41-47.
Momento en el que Orenga quita a Marc Gasol, lógico puesto que tiene que
descansar, pero terrible para los intereses patrios. Parcial de 9-2 con Xavi
Rey en cancha, defensa lamentable, fallos impropios de un nivel FIBA. Eslovenia
por delante para la batalla final. Mortal. 52 – 51.
En esa guerra un anfitrión se mueve
como pez en el agua. La euforia desmedida, el griterío popular y la presión
hacen que España vea peligrar el partido y eso a Boza Maljkovic le encanta.
Cuando ve sufrir al rival, es feliz. Le hace tener miedo, grande, intenso,
suficiente para que los jugadores españoles se agarroten, justo en los tres últimos
minutos de partido, tiempo en el que la selección sólo anota un tiro libre.
El fallo de Marc en esa distancia,
el triple loco de Claver para intentar acercar a España. La muerte definitiva
con dos canastas que, además y aunque parezca tontería, alejan a los nuestros
en un hipotético average cuando puede hacer falta. No era el día y Eslovenia lo
aprovechó.
Ayer desaparecidos en combate Rudy y
San Emeterio, que jugó poquísimo. En algunos momentos de negación en el
exterior, es posible que el del Baskonia sea necesario. Pero son sólo cosas que
mejorar, que insinuar para una posible mejora. Orenga es el que tiene que
decidir, que ya es bastante en momentos de tensión.
La selección juega mañana ante la
rival más débil del grupo, la República Checa, que sin embargo ganó ayer a
Polonia. Son tres días seguidos para disfrutar porque España ganará sin
despeinarse teniendo en cuenta la tremenda diferencia de plantillas. Otra cosa
será a partir del jueves ante los rivales del otro grupo que, sea dicho de
paso, pueden ser más factibles que lo que cabía esperar. Esto es muy largo.
Como decía ayer el selecionador. “Ni el miércoles éramos tan buenos, ni ayer
tan malos”
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