viernes, 20 de septiembre de 2013

Las bajas eran básicas

España ha perdido el cuarto partido de este Eurobasket, el cuarto con final igualado, el cuarto que nos exigía, que nos ponía el cuchillo entre los dientes. El matiz está que en los tres primeros (Eslovenia, Grecia e Italia) casi daba igual perder. En este encuentro con Francia perder, sin embargo, importaba y mucho. Era quedarte fuera de la final. Era no luchar por el oro por primera vez desde 2007.
         Dicen que con las derrotas aunque sean las más dolorosas, ésta ante la selección gala lo es y mucho, es mejor el análisis, mucho más fácil, más conveniente porque no queda nada. Bueno, queda luchar por el bronce y conseguir la séptima medalla en los últimos ocho Europeos. Pero no es lo que podíamos imaginar antes del partido. Esa lucha por el oro con Lituania.
         Se encaró bien el partido, muy bien, diría. Por eso es más dolorosa la derrota porque nada hacía presagiar que España iba a perder el control como lo perdió en el tercer cuarto cuando le dio vida a Francia. Nada hacía presagiar que con 58-51 en el último periodo España se iba a ahogar de nuevo en la ansiedad. En el miedo a ganar, impensable en otra época, pero al menos factible comentarlo en este Europeo, porque no se explica de otra manera.      
         Se explica quizá con el aumento defensivo del rival, que siempre que sucedió nos puso en un aprieto gordo en este campeonato. Se explica porque Tony Parker es muy bueno, aunque también lo son Marc, Rudy, Ricky, Chacho. Pero ese es el problema, que faltaban los Parker de España. Juan Carlos Navarro y Pau Gasol.
         Y no es ser oportunista. Es simplemente objetivo. Lo que al principio se vendió como que no había que poner excusas, que era una barbaridad acordarse de los que no estaban, ha sido la clave. Es verdad que podíamos haber sido oro sin ellos, pero también es evidente que sin ellos ha sido más difícil, tanto que ya no es posible. Y por pequeños detalles como esos se pierde un campeonato. Nos tenemos que acostumbrar a jugar sin ellos, cuando no están, es obligación, pero no negaré nunca y sería de necios hacerlo que con ellos estaríamos hablando de otra cosa.
         Es un dato objetivo que cualquier problema que ha surgido en este campeonato se habría solucionado con Pau, Navarro, y añado a Felipe Reyes e Ibaka. Cualquiera. No hay problema que hubiera surgido que hubiera sido capaz de eclipsar a la brillantez de estos jugadores. Por tanto no tenerlos ha sido igual a derrota en semifinales. Es así de sencillo.
         En este país de extremos en el que vivimos he llagado a leer que las bajas no eran importantes, que se había formado un bloque compacto, capaz de solucionar problemas con pivots versátiles. He llegado a leer que Orenga era el seleccionador que necesitaba España. Un tipo con argumentos y que bebía de las enseñanzas de sus maestros en la federación. Un tipo con argucias tácticas, sistemas innovadores. Vamos, una mezcla de Dan Peterson y Mirko Novosel, con aires de Zeljko Obradovic, cuando Orenga no es más que un entrenador simple, incapaz de mostrar una táctica que hiciera posible asustar a algún rival, por no decir que en la prórroga del partido ante Francia no ha existido un ataque decente.
He llegado a tener que releer varios artículos con el fin de poder creerme lo que me contaban. Que Scariolo jugaba mal, que había un ambiente raro en los Juegos Olímpicos de Londres, que si Claver era el cuatro que podía asustar en Europa cuando deje la NBA, que Chacho Rodríguez era el nuevo Petrovic, que Rudy Fernández se iba a echar la selección a la espalda, que Ricky Rubio ha tenido una temporada en Minnesota que recordaba al mejor Pete Maravich y que tenía cosas de Marchulonis.
         Esta sarta de tonterías han hecho que la afición rasa, la que se fía de la prensa, haya elevado sus expectativas hasta límites insospechados. Y Chacho no es Petrovic y en el partido definitivo ha estado muy desacertado. Rudy no es Navarro pero ni se le parece. Claver está en la NBA por esas cosas que suceden en la vida, un tipo con suerte, buen jugador, pero limitado en algunas ocasiones. Y Ricky… pues para qué hablar. Sólo digo que en Minnessota deben estar pensando por qué ha ido a este Europeo, cuando lo mejor hubiera sido seguir mejorando el tiro, que ya lo tiene muy bueno y ejercitando el cuerpo. Rubio no es base para Europa. Es una desgracia para él, no es un mal jugador, de hecho tiene destellos de estrella, pero no domina. Y no es Maravich ni Marchulonis.

         Por eso con estas bajas es bastante haber llegado a semifinales. Esta selección ha estado a una canasta de la final, pero todo era una ilusión. Nunca esas bajas de jugadores podrían haber pronosticado unas semifinales y una más que probable medalla, ante Croacia. Pero ha faltado algo que, sin duda, nos dan un buen entrenador y cuatro estrellas, tres de ellas titulares sin discusión. Casi nada.

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