La selección se impone a Grecia y consigue el pase a semis, una costumbre los últimos 16 años / Francia rival el jueves con todo el público a favor
ESPAÑA 73 - 71 GRECIA
De repente
la puerta se abrió de par en par. Sonó la bocina final y Scariolo se quitó el
sudor. Había costado, se había sufrido lo indecible en un partido tremendo de
cuartos de final, en una épica del deporte, pero España estaba en semifinales. La
costumbre de los últimos 16 años, desde aquel 1 de julio de 1999, en el que
Jasikevicius fallara un tiro a dos segundos del final y, como ayer, España
venciera de dos puntos, aquella ocasión a Lituania. Desde entonces no fallamos
a la cita. Siempre en semifinales, luchando por medallas, acostumbrando al
aficionado a dos días últimos de infarto, en el campeonato.
Ya estar en cuartos, vista la igualdad
del Eurobasket, era cumplir medianamente el objetivo. Siempre quieres ir a más
y España lo quiso desde el principio. Rudy y Pau algo tocados, más el mallorquín,
aunque estuvo 19 minutos en cancha, sólo lanzó dos tiros. Pau, aún tocado, está
inmenso, viviendo una segunda juventud. 29 puntos, 9 rebotes. Un escándalo.
Empezó España con ritmo (6-0) y lo
mantuvo en el primer cuarto, pero sobre todo en el segundo, donde marcó ya
diferencias (33-25, 39-30). Fue en el tercer periodo cuando se torció la cosa.
Alternó Katsikaris una defensa en zona con otra individual press que evitó
correr a España. Estaban acertados Antetokoumpo, una bestia de la naturaleza,
inmenso el jugador de los Bucks, estaba bien Calathes, Printezis, la dirección
de Spanoulis que maneja el partido, lo domina. Incluso convivió la selección
con la permisividad de los colegiados Belosevic y Lamonica con los helenos. Grecia
se puso por delante con canasta de Printezis y sacó la guadaña con un triple de
Calathes (42- 47), la máxima ventaja griega en el partido.
Aguantó España como pudo. Con Mirotic
en plan estrella, con Felipe espléndido de nuevo, con dirección segura esta vez
de Chacho. Con un buen Llull y… con Claver. Ya no se le esperaba al valenciano
pero apareció con aportaciones de hormiguita, pero muy válidas para el bloque. Sólo
dos puntos, pero ocho rebotes majestuosos, cinco de ellos en el último cuarto.
Periodo al que llegó España abajo
(55-57) pero en el que se conjuró, como el otro día ante Turquía. Apretó atrás
tres jugadas seguidas. Canasta de Felipe, robo y mate de Mirotic, canasta de
Chacho. España en plan jerárquico, mandando en el partido (62- 57). Sólo
Antetokoumpo mantenía a Grecia, una canasta en juego helena en seis minutos de
cuarto. Lo volvía a conseguir la selección. La defensa gana los partidos.
Sólo unos despistes finales y el
acierto griego pusieron el partido algo espinoso. Mirotic y Chacho seguros en
los tiros libres nos sacaron del atolladero. Un triple rival a cuatro segundos
ponía un inquietante 72 – 71. A dos segundos falta sobre Gasol que solo anota
un tiro, pero obliga a Grecia a lanzar desde mediocampo. Hubiera sido demasiado
cruel, pero al aficionado se le pasó todo por la cabeza cuando ese tiro sobre
voló el Lille Arena para estrellarse contra la tabla. Afortunadamente hay que
sufrir para contar todo esto. El jueves ante Francia, más de lo mismo, pero ya
con otra cara. La de haber cumplido en un Eurobasket terrible de igualdad, un
torneo que te pudo echar hace seis días con el mayor de los fracasos a la
espalda y que te puede entregar la gloria el domingo por la noche. Qué cosas.
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