sábado, 17 de octubre de 2009

Adios jugón

Hace 26 días, cuando España ganó el Eurobasket de Polonia, y él se despedía de la audiencia en su último partido narrando para la Sexta, no podía ni imaginar que iba a ser una despedida final, fatal. No entraba en mis planes, en los de nadie, que la siguiente noticia que conociéramos de Andrés Montes era su fallecimiento, en la noche de un viernes ya trágico para la historia del periodismo.
Se suele decir que tras la muerte de alguien, es imposible ser neutral ante la figura del fallecido. Siempre hay buenas palabras, reconocimiento de lo que ha hecho, es el día de las alabanzas. Yo no estoy muy lejos de ese camino con Andrés, porque aunque haya veces que me ha desesperado como narrador, que se haya confundido, que no soportara sus canciones en medio de una retransmisión, es igual de cierto, que enchufabas el canal, el partido siguiente. Había adicción a Montes. Una adicción que estaba fuera del sentido común, enfrentada a la sensación de irte a escuchar a un narrador normal y que no te martilleara los oídos, pero escuchabas a Montes.
Miguel Gutiérrez escribe en Sportyou.es que empezó a escucharle en Antena 3 radio. Se nota, Miguel, que somos casi de la misma quinta porque mis recuerdos imborrables de primeros experimentos con la radio en la oreja fueron las narraciones de Montes de los partidos de Estudiantes y del Real Madrid. Incluso alguno del Barça y de la Penya en lo que García denominaba cada semana el supermatch de la ACB. Fue, sin saberlo, uno de los culpables de que a mí me apasionara este deporte que, en aquellos años, sí que estaba compitiendo en las ondas con el fútbol.
Y luego le perdí la pista hasta que lo encontré en Canal Plus haciendo un poco lo que ya hacía en Antena 3 Radio. Con Antoni Daimiel, qué ratos nos ha dado esta pareja, consiguió algo muy complicado. Compenetrarse con alguien durante once años. Su salto a la Sexta fue, a mi modo de ver, precipitado, porque Montes consiguió lo que nunca hubiera querido, ser conocido a nivel nacional. Una persona muy cercana a él en los tiempos en los que empezaba me lo dijo un día, cuando la popularidad del periodista subía como la espuma. "Nunca quiso ser así, se encontraba cómodo en la humildad, en la tranquilidad de ver como otros son los protagonistas". Supongo que en Antena 3 radio y en Canal Plus, con el fútbol casi siempre por delante, consiguió eso. Ser un secundario.
Y ahora no tengo palabras para la muerte de un grande. Me recuerdo a mí mismo insomne, con partidos a las tantas para escuchar a Andrés. Y me recuerdo criticándole y ahora me dan remordimientos. Supongo que pasa siempre. Pero a mí me queda el buen hacer de un periodista por encima de todo, por encima de comentarios, críticas. Por encima, incluso, de algunos jefes. Era un jugón absoluto, un superclase. Como él sólía decir, "la vida puede ser maravillosa". Ahora, que es un poco menos maravillosa, sin tus narraciones, también te lo digo Andrés.

1 comentario:

Louis dijo...

Como explico en ese articulillo, siempre me gustó Andrés Montes. Su estilo desenfadado, arriesgado, vacilón... Y todo ellos sin meterse con nadie. Qué gran pérdida.

Un saludo,

Miguel