miércoles, 26 de mayo de 2010

Ese sargento llamado Ivanovic

Es metódico en todo lo que hace y puede llegar a desesperar. Es odiado por muchos pero Dusko Ivanovic no falta, de nuevo, a su cita tradicional con las semifinales ACB. Desde que entrena en España, sólo una vez (temporada 2002-2003) ha caído eliminado en cuartos de final. El resto, siempre ha estado al menos en la penúltima ronda, llegando a cuatro finales y ganando una.
Es cierto que ese es el lastre que tiene Ivanovic, sólo un título (2001-2002 con el Tau), pero es un hombre regular al que no se puede decir que fracasa con los equipos a los que entrena. Se puede discutir el método, el esfuerzo titánico que sus plantillas hacen todo el año para llegar algo justos de fuerzas, sus continuos gritos, que es complicado convivir con un técnico así.
Lo cierto es que Dusko se ha ganado enemistades en estos años. Muchos jugadores huyen del entrenador en cuanto pueden, pero otros aprenden y se hacen fuertes con él. Eso es lo que tiene el montenegrino. No hay grises en la vida de Ivanovic, o estás con él o estás contra él. Ahora, si decides apoyarle tienes que ir hasta el final.
Jugadores como Scola, Oberto, Tomasevic, Prigioni, Vidal, Lofton, Singletary Bouroussis, Marc Gasol y alguno más, te dirán que no es precisamente el hombre de sus vidas y que tienen algún reparo en volver a coincidir con él. Pero si hablas de Ivanovic con gente como Basile, Trias, Splitter, Teletovic, Bennett, o San Emeterio dirán que con él han sido mejores jugadores e incluso que le deben la vida deportiva al técnico.
El Caja Laboral se ha metido en las semifinales de la Liga y el mister va más allá. “Siempre que quieres algo, lo consigues. Si pasamos la semifinal podremos ganar la Liga. Sea quien sea el rival. Lo principal es creérselo”. Ante esa contundencia con la que Ivanovic dice las cosas, nos quedamos pasmados todos los que le escuchamos en el Madrid Arena tras eliminar a Asefa Estudiantes.
Así es Ivanovic. Incapaz de destacar nunca a un jugador por encima del resto. Quien esto escribe le preguntó en rueda de prensa que si no estaba preocupado por la defensa a la que había sometido el cuadro colegial a Splitter en toda la eliminatoria. Me contestó con un rotundo. “Lo que importa es que hemos ganado. No sé si sabes que juegan nueve jugadores más. El equipo no es sólo un jugador”. Claro que lo sé, Dusko, pero la pregunta no era con mala intención, simplemente destacar un elemento táctico. Ahora bien, fuera le pedí disculpas por si se había sentido ofendido. Él me respondió con un apretón de manos, una sonrisa en la boca y un esperanzador. “No te preocupes por nada”. Así es Ivanovic, un sargento irritable en la cancha, un pedazo de pan fuera.

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