jueves, 6 de mayo de 2010

El Barça en la Final Four, parte 11

Acude a la cita de París como gran favorito / CSKA, rival en las últimas tres semifinales, el primer escollo / Oympiakos - Partizan, por otro puesto en la final

El Barça disparó diez veces su revolver en la Euroliga y en sólo una encontró el objetivo (2003, en el Palau Sant Jordi), pero en las otras nueve algo falló. La falta de previsión o el ir demasiado de favorito se encontraron con el destino azulgrana en 1989, 1990, 1991, 1994, 1996, 1997, 2000, 2006 y 2009. Esta vez, en París (donde Vrankovic le puso un gorro ilegal a Montero, catorce años atrás) el Barça asalta por undécima vez la Final Four pero en esta ocasión el favoritismo es devastador.
Por eso no debería el grupo de Pascual acceder a una relajación y dar por sentado que la Euroliga se puede ganar por la camiseta. Primera piedra en el camino, el CSKA, rival del Barça las últimas cuatro veces que el equipo español ha estado a las puertas del título y siempre en semifinales. Las dos últimas ocasiones el equipo ruso, entrenado por Messina, se ha impuesto. En Praga primero, en Berlín, el año pasado, en una semifinal donde Siskauskas anotó 23 puntos en el último cuarto para acabar con las ilusiones culés.
Vuelve el CSKA a ser rival, pero ahora es un equipo algo desmembrado pero que suena igual de bien. El citado Siskauskas sigue y con él Langdon, Kryapa, Planinic, Holden, Smodis, Pankrasov. Ya no están Lorbek y Morris, pareja en la pintura el año pasado, pareja ahora en el equipo español. También se fue Zisis, aunque el equipo no se ha desnortado. Llegó Mensah Bonsu y el CSKA se ha hecho hueco con autoridad en su octava Final Four consecutiva.
Este último dato le da a Xavi Pascual argumentos suficientes para desconfiar de un grupo sólido. No es broma haber acudido a las últimas finales y haber ganado dos, las dos con Messina. El Barcelona ha pecado de exceso de favoritismo varias veces pero nunca acudió como este año, habiendo demostrado ser el mejor equipo de Europa en la fase regular y en la serie eliminatoria ante el Madrid. Por eso las apuestas se vuelcan claramente en el conjunto de Pascual.
Para la otra semifinal hay más dudas, pero siempre hay que valorar más la expericncia de Olympiakos. Los de Yannakis se han colado en su segunda Final Four consecutiva, pero el año pasado claudicaron ante sus rivales atenienses, el Panatinaikos, sorprendente ausencia de esta cita. Enfrente, el motivadísimo Partizan que no tiene nada que perder y que se ha metido a base de tesón y del ambiente de la Sala Pioneer en esta Final Four, de manera sorpresiva. No tiene miedo y, en circunstancias similares se metió hace 21 años la Jugoplastika de Kukoc. Es cierto que aquella plantilla era muy buena, pero desconocida, como la del Partizan, hasta ese mes de abril de 1989 en Munich.
Para todos los jugadores azulgrana, incluido Navarro, el único que ha ganado el torneo, es una gran oportunidad. Sólo Ndong no tiene experiencia en una Final Four (no estaba inscrito en 2007 cuando Unicaja llegó pero él sólo podía jugar la ACB). Todos los demás han probado lo que es este fin de semana pero sin éxito. Sin ir más lejos casi toda la plantilla, el año pasado. Pero además, Mickeal, que perdió en Madrid con el Tau, Lorbek, que el año pasado perdió con el CSKA ante Panatinaikos. El caso más llamativo el de Terence Morris, en la plantilla del Maccabi cuando perdió en 2008 ante CSKA y en la plantilla de los rusos cuando perdió en 2009. Este año se ha prometido a él mismo conseguirlo. Todos lo tienen en la mano. Será hora de demostrarlo en la cancha.

1 comentario:

Raúl Blanco dijo...

A ver si hay suerte este año!!!