martes, 8 de junio de 2010

Messina debe explicarse pero debe continuar

FIRMA INVITADA

MARIANO GALINDO

Al concluir el quinto partido de la semifinal entre el Caja Laboral y el Real Madrid, el técnico italiano, con su equipo recién eliminado, dijo que no era el momento de hacer balance de la temporada. No pasa nada, está en su derecho, pero es que realmente durante el curso, cuando llegaban los batacazos, el pedía que acabase todo para valorar. Pues bien, ha terminado y el italiano sigue en las mismas. Sus razones tendrá, sólo que se espera que aporte algo, de luz o de sombras, de lo que quiera y que explique qué ha salido mal. Al aficionado blanco le interesaría saber por qué se tomaron decisiones como la de cortar a Kaukenas para meter a un pívot, otro más, que se ha quedado prácticamente inédito en los play offs. O la historia de Almond, si realmente lo pidió Messina para luego dejarle con el chándal. O las razones por las que Vidal pasó de no disputar minutos a jugarse los minutos claves de la temporada. O los 0 minutos de Tomic en la final de la Copa del Rey. Esas cosas y otras, creo, merecen ser explicadas.

A pesar de todo, soy de los que piensan que hay que confiar en Messina, en que si ahora se le despide, cosa que no va a ocurrir, todo lo bueno que se haya podido sacar de este año, quedaría en nada. No está el Madrid para vueltas a empezar.

Porque ha habido cosas interesantes, además de las heredadas de tiempos pasados. La que más, una fulgurante estrella llamada Ante Tomic. Posee carácter, no se amilana y parece ser que es el que más entiende de todos lo que le pide su técnico. Y después hay nombres para la esperanza, como Velickovic, un tipo enchufadísimo, un ganador de esos que necesitan todos los conjuntos. Le queda camino, como a este Real Madrid, pero después de un año desastroso la palabra paciencia debe ser la que esté presente en la mayoría de las decisiones.

Se harán cambios y se traerán grandes jugadores ¿Sergio Rodríguez?, en pos de una mejor planificación de una plantilla que se hundió definitivamente después de la final de la Copa. Hubo un pequeño resurgimiento en aquella victoria del Palau en la Euroliga, pero las cosas se habían hecho mal contra el Maccabi y se hicieron peor al perder en Vistalegre ante el Baskonia y dejarse el factor cancha en las semifinales. Al final lo que ha decidido el pasar de una temporada aceptable a una bastante mala han podido ser estos dos encuentros, ante su público, en los que el Madrid no supo definir.

Tiene trabajo por delante Messina. Pero le deben dejar trabajar, desde todos los ámbitos. Por lo menos, algunos de los que asfixiaron a su antecesor en el banquillo merengue, tienen la pluma comedida. Diferente rasero.

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