viernes, 18 de junio de 2010

Pau Gasol se gradúa en Los Ángeles

Los Lakers ganan la NBA en un séptimo partido épico / Pau anotó 19 puntos y cogió 18 rebotes pero el MVP recayó en Bryant

El día en que Pau Gasol fue la verdadera estrella de los Lakers (19 puntos, 18 rebotes), el día en que el español cogió de manera definitiva las riendas del equipo angelino, cuando éste moría (36-49 a seis minutos del final del tercer cuarto), el día en que el basket español se instaló en plena California, los Lakers ganaron la NBA, pero el MVP de las finales fue para Bryant.
Está así montado y ya en el tercer partido se comentaba. Si los amarillos eran campeones el galardón sería para Kobe. Da igual lo que hiciera Gasol. Ha dado igual que Pau haya pasado todos los partidos de diez puntos y que en tres haya pasado de 20. La media de más de 10 rebotes por partido también ha dado igual. Pero, efectivamente, todo da lo mismo si el resultado es el anillo para los Lakers, decimosexto en su historia. El buen aficionado al baloncesto, el analista imparcial sabe que este anillo es, en buena parte, culpa de Pau.
Fue un séptimo partido de escándalo. Cuando a cinco minutos del final los locales empataban a 66, el drama estaba instalado en el Staples. No habían valido de nada los seis partidos anteriores, ni casi la temporada, ni los 43 minutos primeros de partido. La final se decidía en cinco minutos. No se recordaba nada igual. Y entonces, los Celtics empezaron a temblar. Fallaron tres ataques seguidos con acierto púrpura y con seis abajo encararon una recta final ahogados, muertos. Sacaron la cara con un triple de Wallace, de nuevo con Rondo. Y llegaron tres abajo a 30 segundos del final.
Y entonces sucedió una de esas jugadas impropias de una estrella como Bryant. Que sale bien pero que estuvo a punto de hundir a su equipo. Artest había lanzado una piedra impresentable y Gasol recoge el rebote, dobla para Bryant que, con 24 segundos por jugar, decide ir de nuevo a canasta. Fue falta en ataque pero sólo Dios y la divina fortuna quiso que el árbitro Dan Crawford pitara falta en defensa. Los dos tiros libres dieron tranquilidad relativa a Lakers porque Rondo anotó de tres para poner el 81-79 en el marcador.
Jackson diseño una jugada para que Vujacic tirara los tiros libres por la falta que iba a cometer Boston. Quedaban 9 segundos y el esloveno no falló, quizá, en los tiros más importantes de su carrera. Con cuatro arriba para los locales, Boston erró el triple que les hubiera acercado y el que le dio el título a los Lakers.
Es la primera vez que los Lakers le ganan un séptimo a Boston, es el 16º título angelino, sólo a uno de los verdes. Phil Jackson no ha perdido nunca una serie que empieza ganando. Serán estadísticas, pero que valen su peso en oro en esta final. Una serie que ha marcado un hito en emoción, en tensión, una de las mejores de los últimos años. Por eso son los dos equipos NBA por excelencia. No se engañén, siempre Lakers-Celtics.

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