lunes, 28 de junio de 2010

La extraña historia de Antonio Bueno

Leo hoy la sección de Madrid del diario El Mundo y me quedo intranquilo, algo incrédulo quizá. Algo sucede en la historia de Antonio Bueno que no acaba de encajar o, a lo mejor, encaja demasiado bien. Me explico. Resulta que la madre del jugador, Antonia, habla hoy para el periódico y asegura que no le dejan ver a su hijo en el hospital. Más bien que su hijo ha dado orden de que no entre a verle.
La historia se convierte en enigmática cuando descubrimos que Bueno ha pasado toda su vida (desde que tenía 7 años hasta dos meses antes del accidente) con su madre, después de que el padre les abandonara a él, a la madre y a su hermano Alberto en el año 1987. Antonia cuenta en el reportaje que les dejó absolutamente tirados y que ella tuvo que salir a la calle a buscar trabajo. Que si limpiadora de suelos, que si cristalera, hasta que encontró un trabajo bien remunerado en el Ayuntamiento de Madrid.
Dos meses antes de aquel 29 de mayo en el que Antonio se cayó desde un tercer piso en Vallecas, el padre había vuelto a la vida del jugador, que ya no tenía trato con su madre. Parece ser, según cuenta Antonia, que Bueno le había dicho algunas cosas raras entre las que se encontraban "ideas extrañas, por ejemplo que veía a los muertos en los sueños". La cabeza de ella, como buena madre, se puso a funcionar y llegó demasiado lejos, tanto como lo que una madre puede sospechar de un hijo. Al jugador le estaban lavando el cerebro de una manera total en la Escuela de Desarrollo Transpersonal, un centro al que Antonio estaba acudiendo de manera gradual, una secta según la madre.
La historia llega un mes después del accidente y ahora que Antonio ya está fuera de peligro. Ese día y los siguientes se sospechó con un intento de suicidio del jugador. La semana siguiente se descartó esta tesis oyendo al médico del Joventut y al propio Pepu. Pero con la aparición de este desgarrador testimonio, la hipótesis toma de nuevo fuerza. Todo es tan raro. Las 4.30 de la mañana, Bueno en la terraza, el padre, 23 años después de dejarles, sólo en la cocina tras una charla con el jugador ...Todo tan fácil de argumentar, todo tan extraño
La madre del jugador termina aduciendo unos trastornos psíquicos de Bueno en estos últimos años. Lo que faltaba. La vida de una estrella hecha trizas. Porque para el baloncesto, Antonio ya no estará jamás. Y todo, presuntamente, por "unas ideas raras". La cuestión será ahora, primero, abordar a Antonio para que cuente todo lo que quiera, pero es básico para conocer la historia verdadera. Hay que ver las dos versiones pero uno se queda de piedra al leer a la madre.
A mi me cuesta creer que sea una cuestión de oportunismo de ella hacer ahora estas declaraciones. Es muy cruel para ser mentira, pero ¿Y Antonio? ¿Cómo estará?. El asunto está lleno de un hermetismo absoluto. Veremos en qué acaba todo.

No hay comentarios: