sábado, 19 de septiembre de 2009

Otro año más, otra final

ESPAÑA 82 - 64 GRECIA

La selección se impone a Grecia y jugará su cuarta final consecutiva desde el oro de 2006

También cayó Grecia, como en los últimos cuatro veranos. Cayó, además, sin paliativos. España está en su cuarta final consecutiva. En Japón fuimos campeones, en Madrid y Pekín subcampeones y en Katowice en este septiembre raro de 2009 ¿oro? Pues seguramente sí, porque no hay forma de entender que esta España no consiga el metal más alto, habiendo hecho dos partidos de cruces excelsos. Ante Francia, 20 arriba, ante Grecia, 18. Ninguna de las dos rivales pasaron de 66 puntos. España es imbatible si anota 20 puntos por cuarto y en la final lo hará.
Mañana ante Serbia será otra cosa. Ya nos pusieron las cosas difíciles en la primera fase, pero era otra España. Aquella selección no se encontró a si misma hasta el día de Lituania. Pero esta selección no conoce límites. Defiende, anota, anula a sus rivales. Ni siquiera conceder 23 rebotes ofensivos desequilibra a este grupo porque los partidos se ganan desde todas las facetas y España domina casi todas.
España se despegó, eso sí, en la segunda parte. En la primera controló el ritmo de juego y le dijo a Grecia que este partido se iba a ir a muchos puntos. Por eso empezó a perder la selección helena. Había concedido 49 puntos a España en la primera mitad y entendió que nunca podía ganar a no ser que anotara pero resulta que Grecia defiende para conceder una media de 70 puntos a los rivales y a esas alturas España estaba a tan sólo a 20 de conseguirlos con otros tantos minutos por jugar.
Sólo dos veces estuvo Grecia por delante en el marcador y fue en la prehistoria del partido. En los primero minutos, dos triples de Spanoulis pusieron a los helenos arriba. Fue tan sólo un espejismo. 26-21 al final del primer acto. 49-40 al descanso. Greca estaba pero se hundía como entendiendo que tampoco esta vez, como en Japón en la final del Mundial, en Madrid en la semifinal del europeo y en Pekín en la primera fase, iba a ser el día de ganar a España.
El tercer cuarto fue el del despegue. 11 puntos concedidos a Grecia y 64-51 al final. España estaba cómoda, saboreaba el sabor a final, donde nunca ganamos, pero donde nos colamos por cuarta vez en diez años. El último acto sirvió para dar paso a los secundarios. Rudy, Navarro y Pau (18 puntos en 21 minutos, inconmensurable) descansando todo el cuarto. Aparecen, por tanto, descansados para mañana, cosa que ha conseguido la selección en los últimos tres partidos.
Buena noticia para España la aparición de los menos habituales. Gran partido de Cabezas, de Mumbrú. Grandes Llull, Marc Gasol. Las dudas, despejadas en toda su extensión. Un equipo que, si no pasa nada raro, hará historia mañana a eso de las once de la noche.
Scariolo estaba tranquilo en rueda de prensa. “Hemos conseguido la meta obligada. A partir de ahora, aún siendo favoritos, se tendrá que ver si ganamos porque en un partido puede pasar de todo”. Pero ya lo ha dicho alguien en la selección. Somos favoritos. Gusta que, desde dentro, también se reconozca porque es evidente la superioridad de este grupo.
Y hoy Serbia, una rival que nunca apareció en las quinielas del Europeo. Llega a su enésima final, pero ejerció de rey de Europa en otro momento. Ahora ha preferido renovar la selección descartando a los veteranos, que deambularon en los últimos torneos, y le otorgaron el timón al veterano Dusan Ivkovic. Hoy darán guerra aunque en las apuestas aparecen casi descartados. Ellos recuerdan el primer día de torneo (66-57) pero aquella no era la España de ahora. Han ganado en la prórroga a Eslovenia (96-92) que tuvo ganada la semifinal pero se dejó el trabajo a medio hacer en el segundo tiempo
Esta selección, hoy en día, está a años luz de la nuestra. Ya queda menos para levantar la copa por primera vez en la historia. Si lo consigue España mañana se convertirá en la selección que completa el mejor ciclo en 20 años. De 1988 a 1991 Yugoslavia cedió el oro olímpico, pero consiguió un Mundial y dos Europeos. Estamos orgullosos de pasar a la historia.

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