Diría que esta temporada ACB, la que comienza con la Supercopa el próximo viernes, va a ser una competición igualada. Ha de serlo para que este deporte sea continuista en el sentido de seguir con la alegría del oro conseguido en el Eurobasket de Polonia.
El viernes en las Palmas de Gran Canaria arrancan las semifinales de la Supercopa (Canarias – Barcelona y Madrid – Caja Laboral, ex Tau). Es una competición que tiene su aquel porque conjunta estos partidos entre, en teoría, cuatro de los mejores equipos de España, y los tradicionales concursos de mates y triples.
Y se presenta la competición con la impaciencia de ver cómo están, sobre todo los tres grandes del basket nacional. Ver si Ricky Rubio y Navarro hacen del Barçá un equipo casi imbatible. Ver como el Madrid de Messina empieza a funcionar o cómo habrá enfocado el Caja Laboral de Ivanovic esta temporada con importantes marchas. De hecho en las palmas, a partir del viernes, tres de sus mejores jugadores el año pasado (Prigioni, Vidal y Mickeal) estarán como rivales en el parquet.
Hay ganas de baloncesto y nada mejor que este torneo, lo suficientemente importante para no tomárselo a broma. Seguro que estos equipos no lo harán.
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