miércoles, 2 de septiembre de 2009

Un rentable negocio para el Joventut

Escuchando el otro día a Jordi Villacampa en una emisora de radio, uno empieza a dudar de quién tiene razón en el conflicto Ricky-Penya, que ha llevado al jugador al Barcelona. No quiero ser partidista y a mí Ricky nunca me ha parecido esa megaestrella que algunos nos quieren meter con calzador. Es muy bueno, pero el chico tiene que cuidar unos detalles fundamentales, para que en unos años esto no se le haya subido a la cabeza.
Es verdad que no empieza bien. Un chico de 18 años al que se le ofrece un aumento de sueldo diez veces mayor que el anterior por ir al Barça, tiene que estar bien asentado mentalmente para digerirlo. Y no digo que Ricky no lo esté, pero sí digo que es muy complicado aceptar toda esta nueva vida.
Decía que no quería ser partidista. Expongo los motivos poniéndome en la piel de cada uno y encuentro más argumentos en favor del Joventut que del jugador. Del jugador, sólo uno. Comprendo que quiera irse al Barça por ganar más títulos (cuidado, que eso tampoco está asegurado). Pero ninguno más. Podría haber ido a la NBA, pero se echó atrás cuando vio que era el número cinco, podría haberse ahorrado la rueda de prensa de mayo en la que decía que sólo quería jugar en la NBA si dejaba el equipo verdinegro, podría haber cogido el teléfono a Jordi Villacampa, por lo que ha hecho po él. Pero Ricky no ha hecho nada de esto.
Y encuentro argumentos en favor de la entidad. Un equipo clásico que se nutre de cantera. Villacampa decía que no están dolidos con Ricky por haberse ido al Barça. Lo están, por no haber dicho toda la verdad y por no haber sido claro. Es lógico. Es verdad que al equipo le vienen 4.2 millones de euros, el traspaso más caro de la historia del basket español y casi europeo. Escuchando al gran Jordi en la entrevista, se atisba un presidente contento pero con sabor agridulce, con la conciencia tranquila pero disgustado por el comportamiento del jugador.
A todo esto se suma que el club nunca puso al jugador contra las cuerdas como ha insinuado Ricky. Fue él, quien antes del primer partido de play-off ante el Madrid dijo que quería volar fuera. Fue él quien llegó a un semi acuerdo con el Madrid y fue él quien dijo que ya no podía jugar en la penya con todo lo que había pasado. En realidad no había ocurrido nada. Sólo fantasmas en la cabeza de Ricky.
Y ahora te das cuenta que el entorno le asesoró mal en el tema de la cláusula porque, como dijo Villacampa, fueron ellos, con el consentimiento de Rubio, los que aceptaron esa elevada cifra que abonar para marcharse a la NBA. Ellos lo aceptaron y lo tuvieron que asumir el día que se les presentó la oportunidad de ir a EEUU. Ya era tarde para decir que no abonaban los 4 millones de euros.
Me da la sensación de que a Ricky se le ha complicado todo un poco si su objetivo es cruzar el charco. Ahora lo hará con 20 o con 21 años, porque en 2011 cambian los contratos de los Rookies en la liga americana y eso le puede afectar. Y la pregunta es ¿será Ricky un jugador NBA, o lo tendrá que demostrar todavía?

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